Nos hemos movilizado en el barrio donostiarra de Gros, frente al Kursaal, convocados por la mayoría sindical vasca, para denunciar la última muerte laboral. Precisamente, el pasado domingo, un trabajador del bar Gure Txoko de 36 años falleció a consecuencia de un incendio.
El sindicato LAB exige que se investiguen las causas de la muerte de este trabajador. ¿Qué hacía el trabajador a las 6 de la mañana en el bar? ¿Cuáles eran sus condiciones laborales y sus ritmos de trabajo?
En Donostia, ciudad dedicada al turismo de élites, mientras unos pocos hacen negocio, trabajadoras y trabajadores del sector hostelero sufren precariedad, con ritmos de trabajo insostenibles y jornadas interminables en las que se incumple la normativa laboral y preventiva. Las administraciones, sin embargo, miran sistemáticamente hacia otro lado.
En lo que va de año, al menos 52 trabajadoras y trabajadores han fallecido en Euskal Herria trabajando o como consecuencia del trabajo. Mientras la seguridad y la salud de la clase obrera no adquieran centralidad y los intereses económicos sigan prevaleciendo, será imposible acabar con esta lacra. Desde el sindicato LAB seguiremos impulsando la movilización social en contra de este sistema que nos mata y nos enferma y en defensa de un modelo que ponga la vida y la salud en el centro.