El 15 de febrero el Parlamento Europeo votará en sesión plenaria el texto del Acuerdo Económico y Comercial Global entre la Unión Europea y Canadá, más conocido por sus siglas en inglés, CETA. Por eso hoy, la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria ha organizado varios actos en las capitales de Hego Euskal Herria. El objetivo de estas movilizaciones ha sido denunciar la actitud de los partidos que votarán en favor de este acuerdo de libre comercio. Por eso, las concentraciones se han realizado frente a las sedes de los partidos políticos que darán su voto favorable a este tratado de libre comercio tan dañino para la inmensa mayoría de la ciudadanía.
Este es el texto que han leído hoy las y los convocantes de las movilizaciones:
Llega San Valentín, y desde el PNV no podemos dejar de declararte nuestro amor a ti, CETA, negocio, acumulación de capital, Tratado Internacional de Libre Comercio entre Europa y Canadá, que nos va a permitir seguir llenando los bolsillos de nuestra red clientelar. Te declaramos nuestro amor junto a otros partidos, todos cegados por la codicia, el rasgo distintivo del amor romántico por el dinero. Todos unidos para rendirnos a ti, para poner a tus pies nuestra soberanía, el medioambiente y nuestra salud, nuestros derechos sociales y laborales… toda nuestra vida.
Porque este amor nos ciega. Tanto que no vemos, no nos importan, las consecuencias de estos acuerdos neoliberales, porque el verdadero amor puede con todo, vale todo sacrificio… sobre todo si los paga la ciudadanía y no Nosotros.
El CETA, este acuerdo entre la Unión Europea y Canadá, que mediante la creación de tribunales de arbitraje internacional (ISDS), permitirá a las multinacionales demandar a los Estados por leyes o medidas que las perjudiquen. Impulsando así la creación de leyes a medida, dejando el camino libre a sus negocios, eliminando definitivamente la soberanía de los estados frente a las empresas .
El CETA, ese acuerdo que rebaja la calidad de nuestra alimentación, permitiendo la entrada de tratamientos prohibidos hasta ahora, como la carne clorada o los productos transgénicos.
El CETA, ese acuerdo que arruinará al pequeño comercio y a los agricultores locales, que no podrán competir con los precios por debajo del coste importados por multinacionales.
El CETA, ese acuerdo que abrirá de par en par las puertas del mercado europeo a empresas que hasta ahora no han podido entrar por sus prácticas nocivas para el medioambiente y la salud, como el secto minero canadiense.
El CETA, ese acuerdo que nos hará perder mecanismos de control como “el principio de precaución”, llenando nuestras neveras y medicamentos de venenos potenciales.
El CETA, ese acuerdo con Canadá, que será a su vez indirectamente un acuerdo con Estados Unidos, al estar los dos mercados tan unidos. Será un puente hacie el TTIP.
El CETA, ese acuerdo al que el PNV, PSOE y PP daremos mañana, 15 de febrero, el “sí, quiero” en el Parlamento Europeo, y al que más adelante volveremos a jurar amor eterno en el Parlamento español. Porque el dinero, el desarrollo del modelo neoliberal, vale todos los sacrificios (del resto).