La noticia de la violación de una trabajadora de hogar de mediana edad por parte de su empleador de 71 años en la localidad vizcaína de Sopela vuelve a poner en evidencia la deuda histórica que tenemos como sociedad con este sector de mujeres trabajadoras.
No se trata de un hecho aislado. El machismo, el racismo y el clasismo exponen a las trabajadoras de hogar y de cuidados, muchas de ellas mujeres migradas y racializadas que realizan un trabajo fundamental para esta sociedad, a múltiples situaciones de abuso y vulneración de derechos fundamentales. Violencia económica, laboral, institucional y sexual se combinan cotidianamente en el empleo de hogar y de cuidados sin que nos preguntemos el por qué…
Desde el sindicato LAB denunciamos esta situación y exigimos a las administraciones de Hego e Ipar Euskal Herria que asuman su responsabilidad política en el abandono y la violencia institucional que viven estas mujeres trabajadoras. Ya es hora de que se desarrollen políticas e infraestructuras públicas locales que velen por sus derechos y que realicen un seguimiento de las condiciones específicas en que se encuentran al interior de los centros de empleo.
Reclamamos empleo en condiciones dignas y todos los derechos para todas las trabajadoras de hogar y de cuidados. ¡Ya está bien de racismo, clasismo y machismo! ¡No a la esclavitud moderna! ¡Si tocan a una, tocan a todas!
Del mismo modo, hacemos un llamamiento a la convocatoria del movimiento feminista de Sopela en repulsa de este hecho, que será el jueves 27 de enero en la plaza del Ayuntamiento de Sopela a las 19:00.