Nos reafirmamos en que este ERTE no es necesario, porque la empresa y el Grupo Tubos Reunidos tiene capacidad de sobra para hacer frente a esta situación coyuntural del mercado, sin necesidad de cargar sobre los trabajadores y trabajadoras de la empresa así como en las arcas públicas la mejora de la cuenta de resultados de la empresa. Prueba de ello son los resultados de ejercicios anteriores y del reparto de dividendos que han realizado en esos ejercicios.
Ante esta situación, las únicas propuestas que ha realizado la empresa han sido proponer una reducción salarial y aumento de jornada (incomprensible cuando se argumenta la falta de pedidos) y la aplicación de un ERTE, cargando únicamente su actuación en los costes laborales y sobre las espaldas de la plantilla. No han planteado en ningún momento un plan de actuación de la empresa, en la busqueda de nuevos mercados, nuevos productos a desarrollar o en el sistema de producción, evadiendo su responsabilidad como gestores y por las decisiones que se tomaron en su momento.
El resultado de la actividad productiva de Tubos es y ha sido siempre de beneficios. El problema se sitúa en las cargas financieras que arrastra el grupo, a cuenta sobre todo, de una operación de ingeniería financiera hace 9 años, por la cual, se pasa de una deuda de 35 a más de 200 millones de euros, la cual se justificó para la fusión con Condesa que al final no se produjo, por lo que no sabemos a dónde ha ido o para qué se ha utilizado todo ese dinero.
Es incomprensible el que a la vez que se inician los trámites para la tramitación del ERTE, la empresa esté realizando cambios de calendarios y haciendo uso de horas extra, con lo que el argumento de falta de trabajo y exceso de mano de obra no es real.
Teniendo en cuenta todo esto, LAB no va a entrar a negociar ni a aceptar este ERTE, si no se establece una garantía de empleo que asegure los puestos de trabajo en nuestra empresa más alla del período de aplicación del ERTE (los trabajadores y trabajadoras necesitaríamos 6 años para recuperar nuestro paro) y asimismo, un plan concreto y cuantificable de actuación de la empresa, que demuestre la implicación de ésta para con el futuro, el empleo y el mantenimiento de la capacidad productiva de la planta.
Por todo ello, las prioridades de LAB no van a estar en negociar el complemento salarial con el que la empresa querrá comprar el silencio de la plantilla, sino en el mantenimiento de los puestos de trabajo y en garantizar el futuro de la planta de Amurrio, puesto que no se entendería el que sindicatos que nos decimos de clase, nos olvidáramos de los puesto de trabajo por ese complemento salarial.