Fijar un salario mínimo de 1.600 euros garantizaría una vida digna a 210.000 trabajadoras y trabajadores de la CAV.
La normativa sobre relaciones laborales de las personas trabajadoras de Hego Euskal Herria se decide en Madri. Es allí donde se determinan las condiciones de la negociación colectiva, así como los derechos mínimos de todos y todas las trabajadoras, entre ellos el Salario Mínimo Interprofesional. Para las personas trabajadoras de Euskal Herria es urgente dar pasos en la construcción de un marco propio de relaciones laborales y protección social, consiguiendo nuevas competencias, pero también derechos y mejoras que se puedan adquirir en el marco de las actualmente existentes. La clase trabajadora vasca necesita urgentemente un Salario Mínimo Interprofesional propio y hoy en día, con las competencias actuales, existen fórmulas jurídicas para conseguirlo.
Trasladando la necesidad de un salario mínimo propio al ámbito de la CAV, queremos destacar la responsabilidad de Confebask, ya que es a a ésta a quien le corresponde acordar un salario mínimo que mejore la calidad de trabajo y vida de miles de trabajadoras y trabajadores en la CAV.
Por otro lado, también queremos interpelar al Gobierno Vasco. El consejero de Economía, Trabajo y Empleo ha reconocido que necesitamos un salario mínimo propio en la CAV, lo que es una noticia positiva para la clase trabajadora de la CAV. Pero además de dicho reconocimiento, necesitamos pasos concretos en la misma dirección. Le corresponde al Gobierno Vasco reclamar a la patronal que suscriba un acuerdo así. Asimismo, a medio plazo, seguiremos apostando por un nuevo marco jurídico que nos permita decidir en materia de salario mínimo, empleo y protección social.
Los y las trabajadoras necesitamos un salario mínimo de 1.600 euros
Actualmente, el salario mínimo establecido en Hego Euskal Herria es totalmente insuficiente para hacer frente al coste de la vida. Necesitamos un salario mínimo propio. Si se atiende a la recomendación de la Carta Social Europea, debería ser al menos el 60% del salario medio, es decir, 1.600 euros brutos en 14 pagas.
En la actualidad, en la CAV hay al menos 210.000 personas trabajadoras, un cuarto de la población asalariada, que reciben salarios inferiores a los 1.600 euros, y 6 de cada 10 de éstas son mujeres*. Es decir, un cuarto del total de las personas asalariadas no tiene un salario suficiente para cubrir sus necesidades básicas, y entre éstas la mayoría son mujeres. Según vayamos bajando en los deciles de salario, la presencia de las mujeres* va en aumento.
Un acuerdo de estas características supondría, por tanto, una mejora salarial para muchas personas trabajadoras de la CAV, lo que permitiría reducir las brechas salariales (por sexo-genero, edad u origen y racialización). ¿A quién mejoraría el sueldo un acuerdo de dichas características?
– Al 28% de las mujeres*.
– En lo que respecta a las personas migradas y racializadas, no se puede calcular la cantidad exacto, pero afectaría a un porcentaje altísimo. Como dato, la media de salarios de los y las trabajadoras con nacionalidad de fuera del Estado español stá por debajo de los 1.600 euros (el salario medio anual es de 21.700, mientras que si tuvieran un salario mensual de 1.600 euros su salario anual sería de 22.400 euros).
– El acuerdo afectaría al 42% de la juventud.
Principalmente afectaría a los y las trabajadoras de los sectores de servicios y, de forma muy significativa, a las personas trabajadoras del sector agropecuario. Sin embargo, hoy nos gustaría subrayar que una medida de este tipo afectaría a diferentes categorías de todos los sectores, ya que sería una medida muy transversal.
Un acuerdo así es posible, jurídica y económicamente, si hay voluntad
Jurídicamente es posible. Se aplicaría a todas las personas trabajadoras que desarrollen sus relaciones laborales en la CAV, a través de un acuerdo en materia concreta según el artículo 83.3 del Estatuto de los trabajadores.
Por otro, las empresas tienen medios suficientes para elevar los salarios de las y los trabajadores más precarizados. Hay suficiente riqueza y ésta se reparte de forma cada vez más desigual. La dignificación de los salarios, junto con la política fiscal, es una clave principal para el reparto de la riqueza. Confebask no puede renunciar a mejorar los salarios, es una cuestión de justicia social.
Hoy estamos compareciendo con trabajadoras de sectores a los que les afectará de forma importante un acuerdo para establecer un salario mínimo de 1.600 euros. Sectores feminizados en su mayoría, muchos necesarios para sostener la vida: hostelería, grandes almacenes, trabajadoras de hogar, de telemárketing, limpieza, comercio de alimentos, residencias de personas mayores, peluquerías, ayuda a domicilio, centros especiales de empleo y metalurgia.
Hoy queremos reivindicar la legitimidad y la necesidad de establecer un salario mínimo en la CAV. No es legítimo que haya sueldos por debajo de los 1.600 euros, ya que no garantizan una vida digna. LAB pondrá todo su empeño en que ese acuerdo se materialice. Movilizando a los y las trabajadoras, trabajando para que el resto de fuerzas sindicales se sumen a esta lucha, y también buscando marcos de negociación para que el acuerdo de materia concreta se materialice.