Un trabajador de la empresa Melesur (Trapaga) ha fallecido en Basurto cuando trabajaba en una torre de alta tensión. Este es el primer accidente mortal en 2021. En 2020, al menos 72 trabajadores y trabajadoras murieron en el trabajo y sigue desaparecido Joaquín Beltrán, desde el 6 de febrero, en el vertedero de Zaldibar.
Desde LAB, queremos mostrar nuestro más sincero apoyo y solidaridad a los familiares y allegados y allegadas de los fallecidos. Exigimos que se investigue el accidente mortal y se señale a los responsables y se depuren responsabilidades.
Los accidentes mortales muestran la cara más violenta de la precariedad laboral. Los accidentes son consecuencia directa de las precarias condiciones de empleo y trabajo y de la falta de prevención y medidas de protección. Lo más grave es que el único motivo detrás de todo esto es el hambre de dinero de las empresas. Reduciendo los costes laborales, se profundiza en la precariedad, manteniendo las tasas de beneficio y no se toman las medidas preventivas necesarias.
Exigimos a las instituciones y gobiernos que dejen de mirar hacia otro lado y cambien de una vez por todas las políticas de salud laboral de raíz. Para acabar con la violencia en el trabajo, necesitamos vidas y trabajos dignos porque tenemos derecho a volver del trabajo sanas y salvas. Tenemos que materializar un nuevo modelo que priorice la vida y la salud de los trabajadores.
En LAB, seguiremos trabajando y luchando por los derechos, la seguridad y la salud de las y los trabajadores. Para denunciar el accidente, llamamos a la clase trabajadora a participar en las movilizaciones que se organicen.