Garbiñe Aranburu fue nombrada secretaria general de LAB en el 9 Congreso Nacional. El sindicato llegó a la cita con los deberes hechos, por lo que se ha fijado nuevos objetivos de cara a los próximos años. LAB tiene voluntad de trabajar en el ámbito político, sindical y social. Garbiñe Aranburu hace referencia a esos campos en esta entrevista concedida a la revista "Iraultzen".
Eres la nueva secretaria general de LAB. ¿Cómo te ves en el nuevo cargo?
Con mucha responsabilidad, pero, a la vez, con mucha ilusión. Quiero remarcar que el sindicato está donde está gracias al trabajo realizado por otras personas. Quiero citar a algunas de ellas, con las que he compartido trayectoria en la dirección y militancia en los últimos años. Primeramente, me gustaría citar a Rafa Diez. Entré en la dirección cuando era secretario general de LAB, en 2004. Esta vez, tampoco pudo participar en el Congresio Nacional. No quiero olvidar la labor desempeñada por Jabi Garnika y Ainhoa Etxaide. Dejaron sus responsabilidades en la dirección en el último Congreso Nacional. Con ellos, me ha tocado recorrer un largo camino. Si no fuera por el trabajo de estos compañeros y compañeras y de muchos y muchas otras, el sindicato no se encontraría en el lugar en el que se encuentra actualmente.
Y al sindicato, ¿cómo lo ves?
El sindicato goza de buena salud. Ha crecido en representatividad. En este momento, somos el segundo sindicato de la Comunidad Autónoma Vasca, en Nafarroa tenemos más representatividad que nunca al superar la barrera del 15% y en Ipar Euskal Herria conseguimos grandes resultados en las últimas elecciones. Me gustaría que está situación se estabilizara, que no hubiese paso atrás. Por otro lado, veo un sindicato cohesionado. Somos un sindicato que ha sido capaz de poner en marcha todo un proceso relativo a la renovación del modelo sindical.
LAB estableció retos importantes en el 9 Congreso Nacional. El propio proceso fue diferente después de que se impulsara la participación en el seno del sindicato.
El congreso contó con diferentes novedades. Quisimos que fuera un proceso lo más participativo posible para llegar al mayor número de personas. Propusimos instrumentos con el fin de facilitar a la militancia vías para dar continuidad al proceso de debate. Habilitamos una aplicación para que los afiliados y afiliadas pudieran seguir el proceso y para que tuvieran en su mano toda la información relativa al Congreso Nacional. Asimismo, organizamos un ciclo de conferencias para profundizar aún más en los principales temas a debatir en el congreso. También fue nuevo el método de elección de la dirección. En los últimos dos congresos, el Comité Nacional se eligió a través de listas cerradas, mientras que, esta vez, se dio la oportunidad de presentar candidaturas alternativas. Valoramos de forma positiva todos estos cambios.
El sindicato dará nuevos pasos hacia el feminismo, tal y como se recoge y se aprobó en las ponencias. Nos puedes dar más detalles?
La novedad más importa es que vamos a redimensionar el conflicto que tenemos con el capital. Esa redimensión nos permitirá profundidar y dar nuevos pasos en el feminismo. En el Congreso Nacional decidimos pasar de la reivindicación a la práctica. Desarrollaremos una estrategia socio-sindical para materializar esos nuevos pasos. Por otro lado, también hemos tomado nuevas decisiones a nivel organizativo. Por un lado, reforzaremos la dirección feminista habilitando más medios, y, por otro lado, hemos decidido poner en marcha una escuela feminista. Será un espacio de formación para que los y las militantes de LAB puedan profundizar en la línea feminista.
Uno de los cambios más importantes aprobados en el Congreso Nacional se refiere a pasar del conflicto capital/trabajo al conflicto capital/vida. ¿Qué significa esto?
Queremos dar una nueva dimensión a la lucha contra el capitalismo. El choque entre el capital y el trabajo, lejos de estabilizarse, se ha recrudecido. Por ello, creemos que hay que darle una nueva dimensión. Para el capital, en las relaciones laborales reside el principal espacio para incrementar las ganancias, precarizando aún más a través de los sueldos y las condiciones laborales. El capital no para de acumular riqueza y poder a raíz de la desregularización de las relaciones laborales.
En nuestra opinión, han de tenerse en cuenta otros factores a la hora de analizar la situación. Tenemos que tener en cuenta que el trabajo sigue sin estar reconocido en toda su integridad. Continúa la división entre el trabajo productivo y el reproductivo, lo que supone opresión para la mujer. Además, nos consideran trabajadoras de segunda cuando accedemos al mercado laboral, sufriendo más precariedad y salarios más bajos.
Asimismo, tenemos que tener en cuenta la privatización y la mercantilización del sector público, así como los recortes aplicados. No se han desarrollado derechos como el de la vivienda, por ejemplo. No hay sistema de protección social adecuado y se han aplicado recortes en los últimos años. Basta con ver lo que ha sucedido con la Renta de Garantía de Ingresos. A todo esto añadimos la explotación desmedida del entorno.
Así las cosas, entendemos que este modelo no es sostenible, no es habitable. Por lo tanto, consideramos que el conflicto que tenemos con el capital es un conflicto capital/vida.
¿Estas son las razones por las que surge la necesidad de desarrollar la estructura de Acción Social?
Sí. El derecho a tener una vida digna ha de estar en el centro. Por consiguiente, tenemos que enfrentarnos al proceso de precarización que se está dando en el ámbito laboral. Tenemos claro que no podemos limitarnos a las condiciones laborales de als y los trabajadores asalariados, debemos ofrecer alternativas a todo el colectivo de trabajadores y trabajadoras, y LAB ha de ser un referente para todas ellas y ellos: por un lado, adaptando nuestra práctica sindical y parámetros organizativos; y, por otro lado, profundizando en un modelo alternativo, construyendo otro modelo socioeconómico, que haga frente ala precarización de la vida. Todo esto nos lleva a la necesidad de desarrollar la estructura de Acción Social.
Esto supondrá cambios a nivel organizativo. ¿Cuales serán los principales cambios?
La creación y el fortalecimiento de la propia estructura será la principal novedad. Estará al mismo nivel que las federaciones, lo que equivale a que se desarrollará desde la dirección a todas las comarcas. Se tratarán temas tales como la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, ecosocialismo, políticas públicas o pensionistas. Asimismo, ejercerá de puente para construir alianzas con diversos colectivos. Se trata de temas tratados hasta ahora, pero, ahora, lo que queremos es fortalecer esta labor.
El camino abierto por la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria será clave a la hora de afrontar la situación social.
Es una herramienta estratégica para el sindicato, tal y como queda recogido en la ponencia. El proceso soberanista ha de ser constituyente, es decir, ha de ser un proceso estatutario. Y, en nuestra opinión, debe ser constituyente, debe ser un proceso que nos conduzca del actual modelo al nuevo modelo. Para ello, la Carta de Derechos Sociales es un instrumento imprescindible. Decimos esto porque la Carta de Derechos Sociales aglutina a una amplia mayoría social y sindical y porque esa mayoría apuesta claramente por el cambio. Además, los agentes que conformamos la Carta consideramos que la soberanía es necesaria para el cambio. Entendemos que la Carta ocupa un papel importante cuando reivindicamos el proceso soberanista. Dicho esto, nuestra apuesta es fortalecer la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria.
Se ha producido un acercamiento con ELA en los últimos años. ¿Es importante continuar por ese camino?
Es cierto que hemos tenido muchas diferencias con ELA en los últimos años, hemos defendido estrategias diferentes. Tal y como explicamos en la ponencia, debemos construir un nuevo modelo ante el conflicto capital/vida y, para ello, necesitamos un Estado propio: euskal errepublika. En nuestra oponión, alcanzaremos la meta de la mano de un proceso soberanista pleno, por lo que las alianzas son necesarias para lograr ese reto.
ELA es nuestro principal aliado en cuanto a alianzas. Creemos que podemos tener grandes oportunidades en caso de trabajar juntos en los ámbitos político y social. Debemos reforzar la confrontación respecto a la patronal y el capital, así como la capacidad de interpelación ante las instituciones, siempre con el objetivo de forzarles a desarrollar otras políticas públicas. Asimismo, el sindicalismo abertzale tiene mucho que decir a la hora de impulsar el proceso soberanista que necesita este pueblo y para que se desarrolle en base a un eje social.
Tras el desarme de ETA, en opinión del sindicato, ¿cuales son los pasos que se deberían dar en la resolución del conflicto vasco?
Acordamos una resolución en el Congreso Nacional en ese sentido. En la resolución recogemos elementos diferentes, pero, en nuestra opinión, en estos momentos tiene absoluta prioridad dar solución al tema de las y los presos y exiliados; es decir, dejar en libertad sin condiciones a las y los presos enfermos e iniciar el proceso para que todas y todos los presos y exiliados póliticos estén en casa. En los próximos años, nos implicaremos con fuerza en este sentido.
¿Qué planteamientos tenéis previstos en este tema?
Es uno de los ejes principales de LAB para el próximo curso, pero tendremos que ver los pasos a dar. En este curso, hemos participado en diferentes dinámicas. Entre otras, citaría la dinámica llevada a cabo por Ireki. Tenemos claro que debemos seguir trabajando en favor de las y los presos y que tenemos que estar muy presentes en los centros de trabajo. Al margen de esto, nuestra apuesta es lograr que el resto de sindicatos se unan a esta lucha.
El sindicato habla muchas veces de la importancia del proceso soberanista. ¿Qué supondría la soberanía para la clase trabajadora vasca?
Es necesario poner en marcha el proceso soberanista y, mediante ese proceso, crear un Estado para hacer frente a la opresión neoliberal que sufrimos hoy en día. Consideramos que es necesario un nuevo modelo económico y social para hacer frente a la precariedad que padecemos a diario en el trabajo y en la calle, pero entendemos que es imposible lograr un cambio social pleno si no hay cambio político. Los órganos y estructuras de Estado son imprescindibles si queremos construir el cambio que demanda este pueblo.
Mientras tanto, consideramos que las políticas públicas actuales han de tomar otra dirección, puesto que, a pesar de tener limitaciones a nivel de competencias, existen posibilidades de dar pasos si existe voluntad. De todos modos, difícilmente lograremos el verdadero cambio sin capacidad de decisión. La única manera de encontrar soluciones a los problemas cotidianos de las y los trabajadores es poniendo en marcha el proceso soberanista.
¿Cual es la oferta de LAB de cara al próximo curso?
Debemos fortalecer la acción sindical y social para hacer frente a la precarización de la vida y luchar por una vida digna. La oferta sindical de LAB es para todo el colectivo de trabajadores y trabajadoras, más allá de la defensa de las y los trabajadores asalariados. De cara al próximo curso, uno de los principales retos de LAB será la reconstrucción de la clase trabajadora. Al fin y al cabo, el capitalismo ha logrado dividir a las y los trabajadores, debilitando nuestra capacidad como clase. El sindicato tiene claro que nuestra fuerza radica en el colectivo y que, por lo tanto, nuestro objetivo es que los diferentes colectivos que conforman la clase obrera se sientan parte de LAB y se aglutinen en torno al sindicato. En este sentido, hemos tomado diferentes decisiones a nivel organizativo con el fin de articular a los diferentes colectivos.
Nos resulta imprescindible dar nuevos pasos a nivel de movilización y activación, tanto en la calle como en los centros de trabajo. Debemos ampliar la capacidad de contrapoder de las y los trabajadores para hacer frente a la patronal y obligar a las instituciones a tomar decisiones en favor de la mayoría social.
Nuestra apuesta es construir alianzas entre agentes sindicales, sociales y políticos de izquierda; tenemos que poner en marcha un proceso soberanista cuyo eje principal sea social.
Estamos dando pasos para construir nuevas alianzas. Estamos haciendo camino y, para LAB, cobran especial importancia las alianzas con ELA y la mayoría sindical vasca para colocarnos en una mejor correlación de fuerzas respecto a la lucha con la patronal, con el fin de dar contenido social al proceso soberanista que necesita este pueblo y para que las y los trabajadores se adhieran al proceso.