El Consorcio Haurreskolak nació para ocuparse de la etapa educativa de hasta 2 años, con el objetivo de conciliar la vida familiar y laboral y para ofrecer a las familias una atención educativa adecuada, especialmente en las zonas rurales del territorio de la CAV.
Durante los últimos años, la situación de las haurreskolas de zonas rurales ha ido decayendo y a su vez, los criterios para mantener estas haurreskolak abiertas se han visto modificados. Por ello, en algunos casos se ha puesto en riesgo la supervivencia de estos centros educativos, denegando la oferta educativa en pequeños pueblos y limitándola en otros muchos casos.
El Consejo Directivo del Consorcio ha decidido proceder de manera severa con las pequeñas haurreskolas de zonas rurales. Dado que la jornada laboral de los y las educadoras es de 7 horas diarias, estas haurreskolas se abrirán únicamente durante 7 horas hasta que hayan 5 niñas y niños matriculados aunque a las familias se les cobra el servicio completo.
En estos últimos años, varios municipios han hecho grandes esfuerzos para poder ofrecer este ciclo educativo de 0-3 para lo que han tenido que financiar instalaciones adecuadas a las condiciones que estipula el Gobierno Vasco, y a día de hoy, no están dispuestos a ver cerradas sus haurreskolas. Para ello, como en muchos casos no estaban de acuerdo con las decisiones del Consorcio, han tenido que hacer lo imposible para mantenerlas abiertas. Lo peor de todo ello, es que tanto el Consorcio Haurreskolak como el Gobierno Vasco son conocedores de estas realidades y en vez de tomar decisiones valientes, continúan mirando para otro lado.
El último ejemplo de ello, es lo ocurrido en la Haurreskola de Artea, Bizkaia. En este caso, eran dos las educadoras que atendían a 4 niños y niñas ya que uno de los niños matriculados tiene necesidades especiales. Cuando el Consorcio se ha dado cuenta que estaban ofreciendo un servicio de 8 horas (dos meses después), les han obligado a reducir la oferta a 7 horas diarias, creando un gran malestar en familias y Ayuntamiento. Vista la actitud cerrada del Consorcio, el Ayuntamiento de Artea ha decidido ofrecer servicio de cuidado durante una hora para que dos de los niños matriculados no se fuesen a otra haurreskola de un municipio cercano y no tener que cerrar la haurreskola.
Además de esto, en Gipuzkoa son tres las escuelas infantiles que se han cerrado durante los dos últimos años y otras muchas se encuentran en riesgo de cerrar. En Araba, también son muchas las escuelas infantiles que se encuentran en esta situación y desde varios municipios son muchas las quejas dirigidas al Consejo Directivo del Consorcio.
¿Ésta es la apuesta que el Gobierno Vasco hace para el primer ciclo de Educación Infantil? Este tipo de políticas no protege a las escuelas infantiles pequeñas ya que en estos casos, las familias optan por matricular a sus hijos e hijas en otras haurreskolak de municipios cercanos que ofrecen 8 horas de servicio. Es evidente, que estas medidas ponen en riesgo el futuro y la supervivencias de estas haurreskolas.