La acusación particular compuesta por los sindicatos LAB, ESK, STEILAS, EHNE Bizkaia e HIRU y las asociaciones de pensionistas Pentsionistak Martxan y la de consumidores EKA hemos comparecido hoy en Bilbo para hacer una valoración del juicio del caso de Kutxabank. "Estamos muy satisfechas con el recorrido que esta acusación particular ha realizado durante este año. Hemos contribuido a destapar un fraude que ha sentado en el banquillo de los acusados a los autores materiales del mismo. Pero nuestra labor no termina ni aquí, ni ahora", hemos remarcado.
Esta es la valoración hecha pública hoy:
La acusación particular compuesta por los sindicatos LAB, ESK, STEILAS, EHNE Bizkaia e HIRU y las asociaciones de pensionistas Pentsionistak Martxan y la de consumidores EKA hace públicas nuestras conclusiones del juicio.
El juicio contra Mario Fernández, Mikel Cabieces y Rafael Alkorta se inscribe dentro del expolio que supone para la sociedad vasca liquidar las cajas de ahorro, trasformar las mismas en un banco y dejar en manos de 15 personas la decisión de vender las acciones al capital financiero. Conseguir la adhesión de los partidos que así lo decidieron ha necesitado de tratos de favor, clientelismo e intercambio de cromos que, como en el caso que nos ocupa, han formado parte de las negociaciones entre PNV, PP y PSE.
Tras las sesiones del juicio seguido contra los autores materiales del fraude cometido en Kutxabank, constatamos que esta acusación particular tenía razones más que suficientes para denunciar el fraude organizado por los acusados contra los intereses y la buena fe de cuantas personas habían depositado sus ahorros en las Cajas Vascas Kutxabank. Los delitos de apropiación indebida, administración desleal y falsedad documental no han podido ser desmentidos por los testimonios de los acusados.
Nos ratificamos, asimismo, en que el presunto fraude cometido contra Kutxabank tiene un impulso político demostrado. Así lo ratifican las declaraciones realizadas por uno de los autores materiales Mario Fernández. El caso Cabieces ha pretendido ser solventado como el clásico funcionamiento de las puertas giratorias en beneficio de algunos políticos. Pero en este caso, hasta que salió a la luz, era una manera de financiar a un cargo político que no realizaba prestación laboral alguna para la empresa para la que teóricamente trabajaba. Hay que recordar, así mismo, que durante el tiempo que estuvo cobrando casi 6.000 euros mensuales de Kutxabank, Cabieces cobraba una cantidad similar de Iberdrola por ser miembro de su Consejo de Administración, y además, capitalizó el desempleo por un importe de 14.000 euros.
Estamos muy satisfechas con el recorrido que esta acusación particular ha realizado durante este año. Hemos contribuido a destapar un fraude que ha sentado en el banquillo de los acusados a los autores materiales del mismo. Pero nuestra labor no termina ni aquí, ni ahora. En la medida de nuestras posibilidades denunciaremos cuantos tratos de favor, clientelismo, malversación de fondos y pagos indebidos se hayan podido realizar en todo este proceso de privatización y gestión opaca de los activos del Banco-Cajas Vascas.
En nuestra opinión, ahora toca a los responsables políticos dar la cara y asumir sus responsabilidades. La credibilidad de sus discursos sobre la transparencia y la honradez que se les presupone, no concuerdan con tirar la piedra y esconder la mano como están haciendo en esta ocasión.
Esta acusación particular pide entre dos y tres años de cárcel para los autores materiales del caso Kutxabank. Exigimos responsabilidades penales y políticas a los representantes políticos que, sabiendo de estos hechos por formar parte de los órganos de dirección y el patronato de BBK, los permitieron y a aquellos que gestionaron con Mario Fernández la comisión de dichos delitos.
Exigimos que Kutxabank sea pública, que se dé marcha atrás en el proceso de privatización. Lo que el tejido productivo vasco y la sociedad vasca en general necesitamos es la creación de un sistema financiero público vasco. Solamente de esta forma se pueden evitar fraudes como el que tenemos entre manos.