Este trabajador trabajaba en el mantenimiento de carreteras de Gipuzkoa para una subcontrata de la Diputación Foral de Gipuzkoa, hasta que el servicio fue adjudicado a UTE Donostialdea (formado por Martinsa y Construcciones Moyua) que no le reconoció el derecho a la subrogación, y despidió al trabajador en noviembre de 2014.. A pesar de que un juez reconoció que no había razones para el despido y que tenía derecho a la readmisión, Construcciones Moyua se negó a reincorporar al trabajador. Aún cuando la sentencia ya ha devenido en firme, a pesar del requerimiento del juez no cumplían con la sentencia. Al final, aunque no sea en los plazos señalados por el juez, hemos conseguido que se reincorpore a trabajar 2 años y medio más tarde. Solo la ejemplar actitud de este trabajador ha logrado esta victoria.
Este ejemplo es muestra de la impunidad absoluta que tienen las empresas de la construcción en Gipuzkoa. En una época de crecimiento económico, con una previsión de aumento de la actividad, se siguen negando a acordar y cumplir un nuevo convenio colectivo para el sector, con el fin de seguir ganado más. También es muestra de que la subcontratación es sinónimo de reducir derechos para quien apuesta por esta herramienta, como ha quedado claro con esta persona que trabajaba para la Diputación Foral de Gipuzkoa. Desde LAB seguiremos denunciando en cada obra estos ataques contra los derechos de los y las trabajadoras, y creemos que nuestro trabajo dará sus frutos. Hay que poner barreras a la precariedad, y pelear por un convenio colectivo que tenga que ser aplicado a todos y todas las trabajadoras del sector.
Seguiremos denunciando la precariedad y luchando por el reparto de la riqueza y reivindicando empleos dignos.