La verdad, la justicia y la reparación de las víctimas del 3 de marzo de 1976 de Gasteiz es algo que ninguna de las instancias políticas ni judiciales del Estado español han acometido en estos 41 años. Y eso es una demostración más de la deficiente calidad democrática del Régimen del 78, sucesor de la dictadura franquista.
Desde LAB, siempre hemos considerado que la intervención policial entrando a tiros en una iglesia donde se celebraba una pacífica asamblea de trabajadores, asesinando a 5 obreros y provocando más de un centenar de heridos de bala, es un acto verdaderamente terrorista, un crimen contra la humanidad con claras motivaciones políticas: evitar una verdadera ruptura con la dictadura e impedir profundos cambios democráticos en favor de una mayoría social.