Con motivo de las jornadas para la presentación de los resultados de la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales elaborada por el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, el sindicato LAB quiere señalar lo siguiente:
La encuesta, que fue elaborada en 2018, no ha sido presentada hasta casi el final de 2019. Los datos que seguidamente evidenciamos pueden ser la razón por la que el Gobierno de Gasteiz no los haya presentado hasta ahora.
446.700 personas malviven. El 20,7% de la población de la CAV está en riesgo de pobreza y exclusión social (según la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales -EPDS- y el indicador AROPE).
La pobreza crece y afecta al 17,7% de la población. Entre los años 2016 y 2018, la tasa de pobreza en la CAV, lejos de disminuir, ha aumentado y el porcentaje de población en riesgo de pobreza ha pasado del 16,4% al 17,7% (según EPDS).
El Gobierno de Urkullu retrocede en el objetivo de reducir la pobreza. La evolución más reciente indica un ligero repunte respecto a la situación de 2016, lo que supone un claro retroceso que nos aleja del objetivo asumido por el Gobierno de Urkullu, que consistía en reducir la pobreza un 20% en la legislatura 2016-2020.
A pesar del crecimiento económico, hoy tenemos 61.600 personas más afectadas por la pobreza y la exclusión social que en 2008. Tomando como punto de partida el estallido de la crisis, resulta que el número de personas afectadas por la pobreza y la exclusión social ha aumentado nada menos que un 16% en la última década. Escenario que empeorará debido a la continuidad en las políticas que se aplican; en concreto, resulta injustificable que el Gobierno del PNV y PSE esté preparando nuevos recortes a la Renta de Garantía de Ingresos, derecho social que sufre recortes desde 2012.
La recuperación económica no ha servido para atajar la precariedad, la desigualdad, la pobreza y la exclusión social, por lo que debemos afirmar el fracaso de las políticas económicas del actual Gobierno de Urkullu, debido a que no contribuyen a conformar un modelo eficaz de reparto de la riqueza generada. Además, las nuevas políticas precarizantes impuestas con la excusa de la crisis, concretamente la política de empleo creada, se ha caracterizado por la extensión del trabajo precario y los salarios bajos para un segmento cada vez más numeroso de la clase trabajadora.
El género continúa siendo un factor de desigualdad económica y el mayor impacto de la pobreza recae sobre las mujeres de la CAV . De hecho, el 54,7% de las personas que viven por debajo del umbral de pobreza son mujeres. Esto hace que las mujeres estén expuestas a un riesgo de pobreza más elevado que los hombres, alcanzando una tasa de incidencia del 18,8% frente al 16,5% en el caso de los hombres.
Vivienda: factor estructural de pobreza. Para acabar, no debemos olvidar que el acceso a la vivienda se convirtió en un factor de empobrecimiento como consecuencia de la especulación inmobiliaria. Pero ahora, con el precio de los alquileres en máximos históricos, la situación se ha agravado considerablemente.
Por todo ello, exigimos al Gobierno del PNV y PSE que ceje en la elaboración de políticas que recortan derechos sociales y tenga en cuenta las propuestas de los diferentes agentes sociales y sindicales.