En los últimos años, llevamos denunciando públicamente la necesidad urgente de modificar la orden del 22 de marzo de 2000 por la que se regulan los comedores escolares públicos, así como la circular del Viceconsejero de Educación y Servicios en relación al funcionamiento de los mismos. Sin embargo, el Consejero de Educación Jokin Bildarratz, junto con el Viceconsejero Xabier Aizpurua, se niegan a sentarse a negociar dichas dos normativas justificándose en que las trabajadoras de comedores escolares son personal subcontratado y es con las empresas que gestionan el servicio de comedor escolar con las que tenemos que negociar.
Negociaremos el convenio colectivo con las empresas concesionarias del servicio, pero no las normativas de funcionamiento de los comedores escolares, que son competencia exclusiva del Departamento de Educación.
¿Por qué exigimos al Departamento de Educación que se siente a negociar con la representación sindical? Porque en las diferentes normativas vienen recogidos aspectos que influyen directamente en las condiciones laborales de las trabajadoras de comedores escolares, tales como, ratios, funciones, jornadas, horario del comedor, …
• El ratio de una monitora de comedor con alumnado de 2 años es de 9 niños y niñas.
• El ratio para una monitora de comedor con el alumnado de infantil (2-5 años) es de 15 niños y niñas.
• El ratio para una monitora de comedor con alumnado de primaria (6-11 años) es de 37 niños y niñas
• El ratio de una monitora de comedor con alumnado de secundaria (12-15 años) es de 45 niños y niñas.
Las trabajadoras hacen todo lo posible para poder dar un servicio seguro y de calidad, pero cada vez es más difícil dado el empeoramiento de las condiciones laborales que vienen sufriendo.
Cada día son más las funciones que tienen que asumir y que no les corresponden. El sindicato LAB lo ha denunciado en innumerables ocasiones ante el Departamento de Educación, pero éste ha hecho oídos sordos.
El comedor escolar es parte fundamental en la educación integral que el alumnado recibe durante su etapa académica, desde los 0 años hasta que finaliza la educación obligatoria; por lo tanto, debe considerarse un espacio más del centro educativo, donde se sigue aprendiendo y educando, y no ser valorado como un mero servicio complementario como hace el Departamento de Educación.
Es evidente que al Departamento de Educación no le importa lo más mínimo todo lo que esté relacionado con el servicio de comedor, y prueba de ello es que, en la nueva ley de Educación, somos nuevamente las olvidadas.
Queremos unos comedores seguros y de calidad, tanto para las trabajadoras como para el alumnado, y para ello es imprescindible que el Departamento de Educación dote de más recursos. El sindicato LAB ha presentado al propio departamento varias propuesta con diferentes fórmulas para dar solución a esta situación, las cuales han sido todas rechazadas.
Dicho esto, el sindicato LAB exige a Departamento de Educación de Jokin Bildarratz que haga una apuesta real por los comedores escolares y llame urgentemente a una mesa de diálogo con las representantes de los y las trabajadoras para negociar la orden del 22 de marzo de 2000 y la circular de comedores; de lo contrario, el sindicato LAB, junto con los y las trabajadoras del sector, se verá en la obligación de intensificar la acción sindical.