Por fin Osakidetza da los pasos para implantar el Plan de Igualdad en su Organización, lo cual vemos positivo ya que hace mucho que se aprobaron las Leyes de Igualdad : en la Comunidad Autónoma Vasca en 2005; y en el Estado Español en 2007, por lo tanto este Plan debería haber echado andar hace tiempo.
Hay que tener en cuenta que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes en vista de los resultados recogidos, ya que, según datos de la propia Osakidetza, siendo las mujeres casi el 80% de la plantilla nos encontramos con que los puestos de mando están ocupados por más hombres que mujeres; que el 89,20% de los contratos reducidos son femeninos, provocando esto una brecha salarial desfavorable a las mujeres de un 24´44%. A lo que sumamos, entre otras cosas, que la temporalidad femenina es mayor que la masculina (38´55% frente al 28´58%).
La casuística de esto generalmente está asociada con el cuidado y cuando Osakidetza nos habla de igualdad nos vienen a la cabeza los numerosos ejemplos de trabas para obtener la reducción de jornada, excedencias fraccionadas, lenguaje sexista, techos de cristal, embarazos y contratación…
El poco esfuerzo en acabar con los roles de género e impulsar campañas de corresponsabilidad está dando los resultados arriba mencionados ya que no se está optando por un tratamiento integrado conjunto de las responsabilidades públicas y privadas.
No debemos hablar de Conciliación familiar si no de conciliación de la vida. Todas las personas somos codependientes . La vida sin cuidado no existe y estos recaen mayoritariamente en las mujeres, los datos hablan solos, desde LAB sabemos que , el hecho de que en el papel las mujeres tengamos las mismas oportunidades, no se refleja en la realidad, porque la estructuración social termina condicionando nuestro presente y futuro laboral, haciéndonos creer que vivimos en un falso clima de igualdad y que si no progresamos en nuestros puestos de trabajo es porque no queremos o no nos atrevemos a dar el paso ,obviando los diferentes factores reales que no lo hacen posible.
Este plan de igualdad en el que ya en su diagnóstico nos ha mantenido al margen Osakidetza tanto a los y las trabajadoras como a los agentes sociales tiene que ser algo más que una lavada de imagen para el Ente Público ya que debe servir para obtener resultados visibles y de mejora con actuaciones concretas a corto y medio plazo.