En el convenio del metal de Gipuzkoa, firmado en 2020, se estableció entre los compromisos acordados una comisión que trabajara la igualdad en el sector. Esta comisión se marcó como objetivo el trabajar con carácter de urgencia en la elaboración de un protocolo contra el acoso sexual.
Y es que, a pesar de que todas las empresas están obligadas a acordar medidas para combatir el acoso sexual, la realidad nos demuestra que, en la medida en que las pequeñas empresas (de menos de 50 trabajadores y trabajadoras) no tienen la obligación de negociar planes de igualdad, no aplican ninguna medida en estas materias. Por lo tanto, acordar un protocolo contra el acoso sexual resulta prácticamente imposible, dejando sin protección a las mujeres del sector.
Llevamos ya un año de reuniones, porque el 9 de marzo de 2021 se celebró la primera reunión, y para LAB un año ha sido más que suficiente para conocer cuál es la cruda realidad: ADEGI no quiere un protocolo consensuado para hacer frente a la violencia machista. ADEGI se niega a acordar nada que sea obligatorio.
Hace tiempo que la violencia machista debería estar fuera de los centros de trabajo, pero los datos demuestran que estamos lejos de esta situación. No es de recibo negarse a definir un protocolo para situaciones tan graves como ésta, sabiendo que el objetivo principal del protocolo es la prevención de la violencia machista, la sensibiización y la protección de la mujer agredida cuando no se ha impedido la agresión.
Por ello, desde LAB exigimos a ADEGI que modifique su postura y acuerde un protocolo de actuación contra la violencia machista. Dada la gravedad de la situación, LAB elaborará una respuesta con las mujeres del sector.