Los miembros de LAB Oihan Ostolaza y Josu Bilbao comparecieron el pasado viernes en la Comisión de Empleo, Política Social y Vivienda, para expresar su opinión sobre la evolución de la formación profesional continua en la CAV los últimos años. Han indicado que ésta se ha dirigido, gestionado y financiado de forma lamentable e ineficiente.
Para el sindicato la Formación Profesional Continua es una materia trascendental para la competitividad de la economía vasca y la empleabilidad de las y los trabajadores.
De ahí que, a juicio de LAB, resulte inaplazable articular un modelo propio y, en tal sentido, exijamos al Gobierno de Gasteiz:
– La plena capacidad de organización de la Formación Profesional Continua, recuperando y reforzando los rasgos y características del modelo acordado y que dio lugar al nacimiento de HOBETUZ, es decir, a un modelo integral; una formación de demanda; atención especial a las Pymes; protagonismo de los centros de F.P. en la impartición como garantía de calidad, transparencia y control de los fondos, y derechos de participación, información y consulta de la representación sindical…
– Disponer de la financiación necesaria para el desarrollo de dicho modelo vía cuotas o sistema cupo.
Mirando al pasado recordaron que en 1995 se firmó el Acuerdo Interprofesional sobre Formación Continua, que contó con el aval de las mayorías, y la legalidad y legitimidad necesarias, y tras más de una década, año a año, tratando de configurar y asentar sobre las bases acordadas, un modelo de formación continua propio. Al final, esto no fue posible.
HOBETUZ, nació, por tanto, ante la necesidad de definir un modelo propio de Formación Profesional Continua. Los sindicatos LAB, ELA, CCOO y UGT; la patronal CONFEBASK y con posterioridad el propio Gobierno de Gasteiz, acordamos un modelo.
A partir de ahí, razones de oportunidad política e intereses ajenos a la formación se han encargado de liquidar el modelo vasco. Entre las medidas adoptadas para desgastar y avanzar en el desmantelamiento del sistema vasco podemos citar las reformas uniformizadoras del Estado, vía decretazos sin respetar otras realidades existentes y, por supuesto, el ahogo, y chantaje económico al que se veía sometida la financiación del modelo vasco.
Ahora, por medio de la nueva regulación estatal en materia de Formación Profesional para el Empleo en el ámbito laboral (RD-L 4/2015 de 22 marzo), se persiste en mantener buena parte de los elementos estructurales que garantizan el mantenimiento de la capacidad de gestión del negocio de la formación a la patronal, CCOO y UGT.
Ante este panorama, consideramos que el gobierno de Gasteiz no puede dar por buena su implantación en la CAV, ocultando la penosa situación y los intereses creados en torno a esta materia.