Osakidetza lleva más de 10 años eludiendo su responsabilidad para con la ciudadanía de la CAV y en estos momentos, sus políticas privatizadoras y agresivas con la sanidad pública emergen en forma de desatención, desbordamiento, explotación laboral, cierre de servicios y un largo etcétera, que están dibujando una situación dramática en los centros de trabajo y reduciendo la calidad asistencial a mínimos históricos.
El sindicato LAB lleva muchos años exigiendo a Osakidetza que acabe con la temporalidad permanente y fraudulenta de 3.000 trabajadoras con políticas que combatan la precariedad y estabilice esos puestos para poder atender con ratios de calidad aceptables a la población. Llevamos años reclamando a Osakidetza una ley de ratios que garantice la atención oportuna a cada paciente según su dolencia, llevamos años pidiendo a Osakidetza que amplíe la plantilla para hacer frente a cargas de trabajo que ya antes de la pandemia eran excesivas.
La calidad en la asistencia sanitaria ha disminuido en los últimos 10 años a consecuencia de la desidia y la falta de voluntad de Osakidetza. La situación que hoy se está viviendo en los hospitales y centros de salud es de colapso y la población está desatendida, por muchos protocolos impresentables que intenten maquillar la situación.
El PNV y su socio de gobierno, el PSOE están intentando hacer ver que son ellos quienes están sobrepasados por la pandemia, como si no fuesen responsables del debilitamiento que sufre la sanidad pública. La auténtica pandemia, la pandemia que está matando a más gente en la CAV es la que representan estos dos partidos y sus políticas privatizadoras. Aquello que llevamos más de 10 años repitiendo, “los recortes matan”, se está materializando de manera dramática durante estos meses.
Una sanidad pública correctamente dimensionada y preparada para hacer frente a situaciones como la que estamos viviendo era, es y será posible, pero no es compatible con las políticas antisociales del gobierno Urkullu, que prioriza construir trenes de alta velocidad, no es compatible con políticas encaminadas a desarmar a la atención primaria, no es compatible con políticas que benefician a las empresas privadas que mercantilizan nuestra salud.
Hay que luchar por la sanidad pública sin complejos en la calle, en los espacios de negociación, en los parlamentos, en todos los ámbitos de decisión que existan. Seguimos lanzando un llamamiento a la ciudadanía para que se movilice en defensa de su salud, de nuestra salud, en defensa de la sanidad pública y contra las políticas antisociales de PNV y PSOE.