En primer lugar, queremos hacer llegar nuestras condolencias a la familia, compañeros, compañeras, amigos, amigas, allegadas y allegados del trabajador fallecido.
Los accidentes de trabajo no son una característica del propio trabajo, sino una consecuencia de un modelo, evitable pero cruel, en el que la dejación de unos y los deseos de beneficio sobre cualquier otro principio, condena a la clase trabajadora.
De hecho, este principio se ha repetido y se ve perfectamente en el accidente ocurrido ayer. El trabajador accidentado era un autónomo subcontratado por la empresa AYPRO, que a su vez había sido subcontratada por la empresa Construcciones Olabarri que a su vez, había sido subcontratada por la empresa Supermercados LIDL, es decir, el cuarto eslabón en la cadena de subcontratación. Tal y como siempre hemos denunciado, la precariedad (y la subcontratación como una de sus características) supone una pérdida de derechos, y de salud laboral, que tiene consecuencias directas sobre las condiciones de trabajo, nuestra salud y las condiciones de trabajo. Cuanto peores son éstas, mayor es el riesgo de sufrir accidentes.
Parece que los responsables de las administraciones publicas no quieren conocer la verdad y la realidad. ¿Dónde están los responsables de la administración para denunciar esta situación? ¿Qué pasos van a dar para cambiar esta situación y este modelo que solo trae miseria y muerte a la clase trabajadora? Accidentes mortales que, al parecer, crecen en paralelo a la dejación de la administración y los empresarios por evitar esta continua sangría. La falta de medidas contundentes, la impunidad absoluta de los empresarios, unida a una política de explotación neoliberal, solo puede producir muerte y miseria.
Los trabajadores y trabajadoras trabajamos para poder vivir, no para perder la vida en el intento. Los accidentes de trabajo no son algo común o natural. Que un trabajador o trabajadora muera en un accidente laboral no puede ser una característica del trabajo. No, los accidentes de trabajo son una consecuencia de cómo nos obliga a trabajar la patronal.
Por ello, LAB llama a la movilización, para que entre todas, a nivel social y laboral, detengamos esta sangría, para que podamos defender nuestros derechos, nuestra salud y nuestra vida. El próximo viernes 1 de julio, los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEILAS, EHNE e HIRU convocamos una concentración a las 11:15 horas frente de Inspección de Trabajo (Gran Vía, 50; Bilbao) para denunciar este accidente mortal y la pasividad de las administraciones publicas y reclamar un cambio de modelo de relaciones laborales.
¡Ya basta! Vamos a cambiar el modelo económico.