De un tiempo a esta parte el ritmo de creación de empleo viene mostrando serios síntomas de debilidad, y la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre confirma los peores presagios: entre julio y septiembre se han perdido 18.500 empleos en el conjunto de Hego Euskal Herria. El proceso de desaceleración económica en el que estamos inmersos es un hecho y nos alerta sobre los riesgos de un fin de ciclo que podría venir acompañado de destrucción de empleo y aumento del paro.
En relación al comportamiento más reciente del mercado laboral, comprobamos que ha sido muy negativo durante el tercer trimestre del año. El retroceso del empleo también ha tenido reflejo en las cifras de paro. Concretamente, según la EPA, hay 7.400 personas más en desempleo que en el trimestre anterior, y eleva a 120.800 el número total de personas en paro. Sin embargo, el deterioro del panorama laboral no ha afectado con igual intensidad a hombres y mujeres. Durante estos tres meses, la destrucción de empleo se ha concentrado mayoritariamente en las mujeres, y esto ha disparado la tasa de paro femenina hasta el 10,2%. Entre los hombres la tasa de paro se sitúa en el 7,9%.
Atendiendo a las características del empleo, la peor parte se la llevan los trabajos a jornada parcial y el empleo temporal. Esto demuestra la fragilidad del empleo ligado en gran medida a la temporada veraniega en sectores como la hostelería y otros servicios turísticos. Actualmente, la tasa de temporalidad entre la población asalariada, se ha situado en el 23,6%. En el caso de las mujeres, alcanza el 25,4% frente al 21,9% de los hombres. Ahora bien, la categoría de empleo precario va más allá de la temporalidad, entre otras razones porque la inestabilidad laboral también afecta cada vez más a la contratación indefinida. Además, están los bajos salarios, las condiciones de salud laboral o las jornadas reducidas y flexibles.
Respecto a la duración de la jornada, cabe señalar que el 15,5% de la población ocupada trabaja a tiempo parcial, aunque en el caso de la mujeres este porcentaje se eleva al 25,8%. No obstante, es importante destacar que una gran parte de estas personas trabajan a jornada parcial de manera involuntaria, es decir, porque no encuentran empleo a tiempo completo. En concreto, en Nafarroa y en la CAV, el porcentaje de empleo involuntario a tiempo parcial alcanza entre el 45% y el 48%, respectivamente. La parcialidad involuntaria debe ser calificada como subempleo, y los altos niveles que registra están encubriendo una cifra de paro más elevada que la difundida oficialmente.
Por ello, es hora de poner freno a las diferentes formas de precariedad laboral y revertir los recortes sufridos en los últimos años tanto en pensiones y como en derechos sociales.