El 24 de septiembre se ha convocado un día de acción global por el clima, y, en el contexto de sindemia y crisis ecológica que vivimos, LAB se reafirma en la apuesta por una transición ecosocialista y feminista, en el marco de la Asamblea Nacional reunida en Donostia. LAB hace un llamamiento a las personas trabajadoras a movilizarse en esta dirección.
Comenzamos el curso con todas las alarmas sobre el cambio climático encendidas, el calor extremo en Canadá o los incendios en el Mediterráneo de este verano son síntomas más que evidentes. También hemos conocido el informe del IPCC que indicaba que el cambio climático es ya una realidad y que ya se están dando cambios irreversibles. Si en las siguientes décadas no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero drásticamente, el calentamiento global superará los 1,5 – 2 grados. Además, estamos superando los límites biofísicos del planeta: agotamiento de combustibles fósiles y materiales críticos, degradación de ecosistemas… la crisis ecológica tiene además muchas otras dimensiones.
Es el desarrollo del sistema capitalista heteropatriarcal y ecocida el que nos ha traído a esta situación, y además, también ha profundizado en las desigualdades sociales: las migraciones forzadas o la pobreza energética son dos ejemplos. Las propuestas maquilladas de verde no son una alternativa, como estamos viendo con los fondos europeos que buscan nuevas vías de reproducción de capital y no dar una salida social y democrática a la crisis ecológica. Unos fondos destinados a los que se enriquecen empobreciendo a las personas trabajadoras con la subida de la luz, no son una alternativa.
Lo decimos claro: El sistema actual no es compatible con los límites biofísicos del planeta ni con la justicia social. Está en disputa en que dirección se darán los cambios y desde LAB creemos que es necesaria una transición ecosocialista y feminista que ponga en el centro a la clase trabajadora. Urge un cambio radical, que visibilice y reconozca todos los trabajos y que garantice condiciones para unas vidas que merezcan ser vividas para todas.
Un cambio radical es necesario. Un cambio que revise todos los trabajos productivos y reproductivos y que ponga en el centro unas vidas que merezcan ser vividas: trabajar menos y trabajar todas; producir y reproducir lo necesario con el mejor consumo energético y la menor cantidad de residuos posible; redistribuirlo todo (trabajos, cuidados, bienes…). Para afrontar esa transición es necesario el control público de los sectores estratégicos y la soberanía son dos ejes fundamentales. En Euskal Herria necesitamos herramientas que nos permitan decidir aquí el modelo energético, de alimentación, servicios público-comunitarios, modelo de relaciones laborales, sistema y modelo de cuidados… En el Programa Socioeconómico de LAB hemos recogido propuestas para trabajar en esta dirección.
A su vez, consideramos necesario trabajar una agenda social junto con el movimiento social y sindical de Euskal Herria. No tenemos tiempo y es ahora, también desde Euskal Herria, cuando debemos actuar. LAB reafirma su compromiso en este sentido. Ante la emergencia climática, ¡las y los trabajadores apostamos por el ecosocialismo!