Dejan fuera temas importantes y una parte del sector.
Luchar contra la estatalización manteniendo integradas las cadenas de comida rápida en el convenio era uno de los objetivos de esta negociación para LAB, junto con la recuperación del poder adquisitivo, el amparo a riders, medidas contra la parcialidad y la prioridad del convenio de colectividades. Pero ELA, CCOO y UGT han echado por tierra la oportunidad de blindar las cadenas en el convenio.
En 2022, la patronal estatal de grandes cadenas y marcas de hostelería (la llamada “restauración moderna”) firmó con CCOO y UGT un convenio estatal para su aplicación en las cadenas, empeorando las condiciones de 140.000 trabajadoras y sacándolas de los convenios de hostelería. Mismo trabajo, peores condiciones.
En mayo conseguimos un preacuerdo que incorporaba estas propuestas redactadas por LAB.
- Actualización del IPC y aumento salarial desde el momento de la firma (mayo de 2024).
- Jornadas mínimas en colectividades (10h/semana) y hostelería (4h/día).
- Establecer los criterios de las contrataciones de fijos discontinuos concretando cuándo se pueden utilizar, jornada mínima, orden y modo de llamamiento, etc.
- Prioridad aplicativa de un futuro convenio de colectividades para las trabajadoras de la CAV.
- Incluir a los y las riders y recuperar la restauración moderna en el convenio.
- Fichaje electrónico para dificultar el fraude y las horas extras.
- Reducción de la jornada anual.
CCOO rompió este preacuerdo y la Asociación de Hostelería se echó atrás por miedo a las amenazas de las cadenas de comida rápida. Desde entonces, desde LAB hemos planteado diferentes medios legales para garantizar que el preacuerdo saliera adelante, garantizando que estas plantillas quedaran bajo el amparo del convenio. Por razones que no entendemos, ELA y UGT han vetado todas las propuestas. Durante todo este tiempo, hemos dejado de ganar los aumentos pactados en mayo.
El sindicato ELA, 11 meses más tarde, después de ser mero espectador sin ningún tipo de propuesta en la mesa de negociación, decide firmar un convenio que recupera sólo algunos de los contenidos del preacuerdo de mayo, pero además, excluyendo otras mejoras y dejando fuera del convenio a las cadenas. Dejan así la inclusión de una parte del sector en manos de los tribunales españoles: una moneda al aire, en vez de una garantía. Además, no regulan los fijos discontinuos parciales, aún sabiendo que se van a seguir utilizando al ser una realidad en el sector (colectividades, servicios que sólo existen en determinados momentos del año como verano, etc.) y por eso, nos quedamos sin jornadas mínimas y el aumento de jornada que eso iba a suponer, por ejemplo en colectividades.
Nos quieren vender que están salvando una situación que ellas mismas han generado, ya que podría estar resuelta desde mayo si no fuera por ellas, cada una desde su responsabilidad.
Y lo hace con CCOO, el sindicato cuya espantada de última hora del preacuerdo, debido al toque de corneta desde Madrid, nos dejó sin convenio y junto con UGT, quienes crearon el convenio de restauración moderna, excluyendo a estas personas trabajadoras, aplicándoles condiciones muchos peores, tal y como hicieron en su día con las colectividades (comedores).

En resumen:
1. Las mejoras de este acuerdo son todas propuestas de LAB, que podríamos tener desde mayo.
2. ELA ha firmado un convenio que hace 11 meses le parecía inaceptable, atribuyéndose el mérito de propuestas que no son suyas, pero además, eliminando mejoras. CCOO y UGT se limitan a poner su firma en un convenio en el que no han aportado ni una propuesta y siguen estatalizando sectores. Han conseguido lo que querían al romper el acuerdo de mayo.
3. En LAB estamos orgullosas de las propuestas que se han incorporado gracias a nosotras, porque van a mejorar las condiciones del sector, pero para nosotras la propuesta es integral y desde luego, no a costa de las trabajadoras más precarizadas del sector, y por eso, no lo vamos a respaldar.