El capital ha convertido en negocio lo que debería de ser un derecho básico para todas y todos. Lo ha hecho con el suministro eléctrico al igual que con muchas otras necesidades básicas. Para que ello sea posible, ha contado con la ayuda y colaboración de diferentes gobiernos, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta la realidad de las puertas giratorias.
Los últimos años, la factura de consumidores y consumidoras ha ido encareciéndose sin límite, y teniendo en cuenta la realidad socio-económica, demasiadas y demasiados usuarios no han podido pagarla, encontrándonos con un fenómeno que hemos identificado como pobreza energética. En el bando contrario están los dueños de las compañías eléctricas, que de año en año han visto como sus ganancias subian. Esta situación no es justa y atenta contra la propia vida.
Ante esta situación, el papel que han cumplido diferentes administraciones no ha sido imparcial, ya que mediante sus decisiones y políticas han hecho posible que la situación sea la actual. Ahora, desde el Gobierno de Pedro Sánchez, nos anuncian nuevas medidas que en nuestra opinión, siguen parcheando, siguen siendo injustas, y a su vez, responden a intereses electorales populistas. Desde el Gobierno de Madrid se eliminará el impuesto del 7% de la producción de energía como medida coyuntural, la cual abaratará las facturas. Esta medida nos la aplicarán a todas y a todos por igual, y en nuestra opinión, este impuesto se tendría que cobrar según el nivel de gasto y el de renta.
Junto con la medida de eliminar el impuesto, el Gobierno Estatal flexibilizara los requisitos para acceder al bono social y pondrá en marcha medidas para facilitar el pago de los calefactores. Como hemos dicho, nos parecen medidas parciales y totalmente electorales. En opinión de LAB, en un territorio tan industrializado como el nuestro, el tema energético es estratégico, y nos corresponde a nosotras, y desde aquí, tomar las decisiones que le atañen. El Estatuto de Gernika y el Amejoramiento Foral de Nafarroa no nos sirven como herramientas en el camino que tenemos que emprender. Tenemos que ser soberanas para emprender un camino que responda a nuestras necesidades, con los recursos que tenemos en nuestra mano para responder a la crisis energética, al cambio climático, a la dependencia de combustibles fósiles… Existen alternativas, y en nuestro ámbito, debemos comenzar dando respuesta a las diferentes experiencias locales.
En Catalunya, incluso en una ciudad tan grande como Barcelona, las cooperativas que apuestan por las energías renovables están cogiendo fuerza. En nuestra opinión éstas no son la solución, pero de momento, son parte de la misma. Para nosotras, la solución pasará por la gestión pública de la energía como derecho de las y los trabajadores. Éste es el camino que nos marcamos hacia la soberanía energetica, y para lograrlo, hace falta voluntad politica.
LAB condena las prácticas, los intereses y el sistema de las compañías eléctricas y los poderes politicos que están a su servicio, que atentan contra las necesidades básicas de las capas populares y la clase trabajadora. Nosotras, queremos impulsar otro modelo de políticas energéticas, que se basan en el ahorro energético, la eficacia energética, las energías renovables, y en que será respetuosa con el medio ambiente. El nuevo modelo debería ser democrático, y debería contar con la participación de la ciudadanía, de los agentes sociales y sindicales, y contaracon nuestra opinión a la hora de tomar decisiones. La política energética deberá tener en cuenta el cuidado del medio ambiente y la planificación.