La última propuesta realizada por la patronal no ha sido vista con buenos ojos por los y las trabajadoras y sus representantes. Entre otras cosas, contempla una vigencia demasiado larga (hasta el 2026), y además de que los incrementos en las retribuciones son demasiado escasas, tampoco se recogen mejoras suficientes en el resto de ámbitos.
El sector lleva año y medio sin renovar el convenio, y frente a ese bloqueo, las trabajadoras de intervención social consideran imprescindible la implicación de la Diputación Foral de Bizkaia, como así lo están exigiendo durante las jornadas de huelga de las últimas semanas, que han sido cinco en total. Hoy mismo han rodeado el palacio foral con la intención de transmitir dicho mensaje de manera directa. Cabe recordar que los y las trabajadoras de intervención social forman parte del sector de los cuidados y que fueron consideradas como esenciales durante la pandemia, aunque parece que ahora las administraciones no las tomen en consideración.