Tras 35 años fuera de Euskal Herria, Gaizka Sopelana ya está en casa. Hoy mismo ha ingresado en el Hospital de Cruces para ser atendido de la grave enfermedad que padece. A las puertas del hospital cientos de amigos y familiares le han ofrecido un caluroso recibimiento y, al mismo tiempo, han reivindicado todos los derechos para las y los presos y refugiados, incluido su derecho a la salud y a recibir la misma atención médica que recibe cualquier otra persona en Euskal Herria.