El pasado 3 de marzo, y coincidiendo con la huelga general convocada en Catalunya, la mayoría sindical vasca realizó una convocatoria a realizar concentraciones dentro de los centros de trabajo en el tiempo de descanso. El PP solicita investigar y sancionar una de las concentraciones realizadas, la del Parque de Bomberos de Aguirrelanda en apoyo a Catalunya. Esta movilización contaba con absoluta cobertura legal, incluso en el sentido de poder ser realizadas con los uniformes de trabajo.
Este grave hecho supone un intento de coartar unas libertades de acción sindical y de expresión, que costó conseguir luchas y sangre. Esto nos retrotrae a los peores tiempos del franquismo. Esto se llama persecución de las ideas. Para que las concentraciones realizadas fuesen constitutivas de sanción alguna, el PP tendría que derogar la diferente legislación que avala esas libertades sindicales y de manifestación.
Por eso queda claro que el problema no es la “sacrosanta legalidad”, el problema son las ideas. Al PP no le hace falta tramitar derogaciones de leyes en los diferentes parlamentos. El PP se salta sus propias leyes cuando le da la gana o las deroga unilateralmente o de facto cuando las ideas que se defienden no les gustan. Y para dar un escarmiento, manda a sus jueces o a sus policías.
Una vez más, nos muestran su verdadera cara, la de un partido que cuando ve puesto en cuestión su estatus de privilegio heredado del régimen post franquista del 78, conseguido a base de corrupción y represión de libertades, lo único que sabe hacer es poner en marcha la maquinaria de la persecución judicial y policial.
Mostramos nuestro total apoyo a todas las personas trabajadoras que tomaron parte en las diferentes concentraciones. Denunciamos la actitud represora del PP y solicitamos al resto de formaciones políticas que denuncien públicamente la actitud de un partido que quiere dilapidar el libre ejercicio de la libertad de expresión.