Al contrario del discurso clasista del Consejero Darpón, que desprecia la importancia del personal no sanitario y los trabajos que realiza, estas funciones son de extrema importancia para un buen funcionamiento de nuestra sanidad pública. La limpieza, la alimentación y la gestión de la ropa son aspectos esenciales en un hospital y tienen relación directa con la salud y mejora de las y los pacientes, por lo que debieran ser realizados por personal de Osakidetza. Infinidad de estudios han demostrado que la privatización de estas actividades supone un coste mayor y una menor calidad, ya que priman los beneficios de la empresa. Además, impone la precariedad laboral a las personas contratadas.
¿Por qué se privatiza entonces? Por hacer negocio, ni más ni menos. Negocio propio, negocio futuro (no olvidemos las “puertas giratorias”) o negocio de amigos, conocidos y/o compañeros de partido. Desde LAB exigimos al Consejero Darpón, llegado a la Consejería directamente desde la dirección del IMQ, que aproveche una de sus múltiples apariciones mediáticas para dar explicaciones públicas sobre las razones de estas privatizaciones. Y a renglón seguido, que presente su dimisión, entre muchas otras razones, por no cumplir el compromiso de no privatizar nuevos servicios.
Desde LAB exigimos también la marcha atrás en esta decisión y la asunción por parte de Osakidetza de estos servicios tan importantes.