El paro registrado en Hego Euskal Herria aumentó en 13.507 personas el mes de abril. En el contexto de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, el hundimiento de la actividad económica ha situado en 179.085 la cifra oficial de personas desempleadas en el conjunto de los cuatro territorios, lo que supone un 8,2% más que el mes anterior y un 21% más que hace un año.Todo indica que las medidas adoptadas para contrarrestar los efectos económicos derivados de la pandemia no han evitado que se produzca una fuerte destrucción de empleo. Y su repercusión está siendo especialmente grave entre la juventud con una subida del paro del 12,3% en solo un mes y un alarmante 34,7% más que el año pasado.
Entre las mujeres el paro registrado aumentó un 6,9% el mes pasado y un 15,8% respecto al año anterior. Mientras que la incidencia está siendo mayor entre los hombres, con incrementos del 9,7% y del 27,7% respectivamente.
En todo caso, hay otro dato que nos da una idea más cercana a la verdadera magnitud del empleo destruido: en abril la cifra media de afiliación a la Seguridad Social cayó en 23.194 personas y en los últimos dos meses son más de 30.800 las afiliaciones perdidas.
Por otro lado, para tener una panorámica completa de la situación actual es importante añadir que hay más de 260.000 personas afectas por Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTE). Y en muchos casos existe un elevado grado de incertidumbre sobre la continuidad de esos empleos o su extinción definitiva.
Y todo esto tiene lugar en un mercado laboral caracterizado por altas tasas de paro, elevada temporalidad y baja protección por desempleo.
A medio y largo plazo es imprescindible reorientar el modelo económico y social para transformar la estructura productiva. Necesitamos un modelo que ponga la vida y las personas en el centro, lejos de la centralidad que tiene el capital hoy en día.
En estos momentos de especial dificultad es importante sentar las bases para iniciar la recuperación sin dejar a nadie en el camino, cerrando el paso a la precariedad, al subempleo y a los recortes sociales.