Hoy de nuevo el Pacto de Toledo demuestra su inutilidad e ineficacia. Ni se garantiza el IPC de todas las pensiones ni mucho menos se aborda una pensión mínima de 1.080 euros, como reclaman miles de pensionistas vascos y vascas cada lunes en las calles y plazas de Euskal Herria.
Desde LAB siempre hemos dicho que la solución a los problemas de las y los pensionistas vascos no vendría del Pacto de Toledo, de Madrid o de las instituciones estatales. Es hora de avanzar, con paso firme, hacia un Sistema de Protección y Seguridad Social Propio para Euskal Herria donde se garanticen unas pensiones dignas, la revalorización de las mismas según el IPC y una pensión mínima de 1.080 euros que les permita vivir sin ser pensionistas pobres.
En Euskal Herria hay posibilidades de afrontar esos retos, de hacer posible que las instituciones vascas, tanto parlamento de Gasteiz como de Iruñea, aprueben unos presupuestos que garanticen ese mínimo de 1.080 euros como establece la Carta Social europea y se avance hacia un Sistema Propio.
Por todo ello nos reafirmamos en la oposición al Pacto de Toledo, que no es más que un instrumento para intentar desmovilizar a los pensionistas y a recortar las pensiones, como han hecho hasta ahora.
Seguiremos apoyando a los y las pensionistas vascas en sus justas reivindicaciones y hacemos un llamamiento a reforzar todas sus movilizaciones hasta cumplir sus reivindicaciones.