Desde el sindicato LAB llevamos años solicitando a la OSI Araba que se acredite como empresa automantenedora de sus instalaciones térmicas. Todos los intentos han sido en vano y la política de privatización de Osakidetza se ha impuesto en todo momento.
La OSI Araba está en concidiones más que suficientes de conseguir acreditarse como empresa automantenedora mediante un simple acto administrativo. Las y los profesionales que trabajan en la OSI Araba cuentan con la formación y titulación suficiente para realizar esta labor de mantenimiento, pero Osakidetza les desprecia y se niega a acreditarse en industria para realizar esta labor con ajuste a las leyes que regulan la actividad. Como muestra, la ley establece que la empresa que aspire a dicha acreditación debe contar con una o un operario con la habilitación individual y en la OSI Araba hay al menos 10 trabajadores y trabajadoras que cuentan con ella. A pesar de esto la OSI Araba ha continuado negándose a realizar ese trámite y ha intentado externalizar ese servicio por más de 500.000 euros despreciando a los y las compañeras que realizan sus labores en el servicio de mantenimiento.
Ante esta situación, el sindicato LAB ha interpuesto un recurso especial ante el Organo Administrativo de Recursos Contractuales solicitando medidas cautelares que han sido atendidas. Este es un movimiento destinado a blindar los servicios de mantenimiento ante el acecho de la privatización y a reivindicar la profesionalidad de nuestros compañeros de mantenimiento. No es lógico que las mismas personas que cuando trabajan para una empresa privada realizan trabajos con gran profesionalidad, cuando entran a Osakidetza estén atadas de pies y manos mientras empresas externas se enriquecen como consecuencia de los planes privatizadores del ente.
El manejo de fondos públicos debe ser exquisito y desde LAB consideramos un ataque a la sanidad publica en su conjunto este tipo de maniobras privatizadoras, estamos en un ambiente de conflictividad que va en aumento ante la apertura del nuevo edificio de servicios generales en Osakidetza, donde las compañeras de las urgencias pediátricas llevan meses y años solicitando un aumento de personal para atender con dignidad a sus pacientes y sus familias. Por seguro que éste no va a ser el único conflicto que se dé con dicha apertura puesto que la dirección tiene como máxima no aumentar el personal en los servicios que se trasladan y muchos de ellos arrastran déficits de personal desde hace demasiado tiempo.
No contemplan aumentar personal para atender con estándares de calidad y seguridad a los y las pacientes pero no dudan en derrochar mas de medio millón de euros en unas externalizaciones totalmente injustificadas y que rompen Apartado 13 del Decreto 106/2008, de 3 de junio y que impide la externalización de nuevas áreas y servicios dentro de Osakidetza.