Una empresa sin planes de futuro, sin plan industrial, que ha recibido subvenciones que no derivan en ningun tipo de inversión, una empresa que sólamente reduce costes a costa de la precariedad de los y las trabajadoras. La prevención de riesgos en Arcelor es una quimera.
Con este caldo de cultivo no es de extrañar que ocurran sucesos como el que acabamos de presenciar. Lo que sí nos extraña es que no haya más accidentes. Y es que la falta de inversión, desde hace años, ha conducido al deterioro máximo de las máquinas y las instalaciones, y en consecuencia, a que los y las trabajadoras hayan tenido que acudir al puesto de trabajo jugándose la vida a diario.
Ya son al menos 50 los trabajadores y trabajadoras fallecidas en accidente de trabajo en lo que llevamos de 2017 en Euskal Herria.
Tenemos claro que los accidentes no son puntuales ni ocurren por casualidad, estamos ante un problema estructural, responden a un modelo de relaciones laborales en el que la salud y la vida de los y las trabajadoras están en peligro.
Señora Tapia, qué tipo de industria avanzada nos quieres vender cuando cada dos semanas muere un trabajador o una trabajadora en Euskal Herria?
Denunciamos que la precariedad mata, que hay responsables y que los accidentes se pueden y se tienen que evitar. Este accidente laboral tiene un responsable concreto, la empresa Arcelor Mittal.