LAB ha conocido a través de los medios de comunicación que el Gobierno Vasco ha comprado a la multinacional Arcelor Mittal la mayor parte de la acería que tenía en Zumarraga por 7 millones de euros. Es significativo que el Gobierno Vasco no se haya pronunciado acerca de lo que va a suceder con las y los trabajadores que actualmente trabajan en esos terrenos.
Consideramos que la operación es un claro exponente de la falta de política industrial del Gobierno Vasco oculta tras la propaganda y es muestra de cómo no se puede abordar la transición de la industria en Euskal Herria.
Para empezar queremos recordar que el cierre de Arcelor Mittal Zumarraga fue pionero en la aplicación salvaje de la reforma laboral española. Supuso la desaparición injustificada de 300 empleos directos e indirectos. En este proceso, la multinacional india estuvo acompañada por el Gobierno Vasco, que no adquirió ningún compromiso ante el cierre.
Cuando se produjo el cierre denunciamos el fraude que suponía el mantenimiento de la acería como almacén para no tratar los terrenos contaminados por Arcelor Mittal y el tiempo nos ha dado la razón: los terrenos contaminados cercanos al núcleo urbano se han mantenido en las mismas condiciones.
Ahora, de forma inaceptable, el Gobierno Vasco ha dado 7 millones de euros a Arcelor Mittal por los terrenos, y las obras de descontaminación que corresponden a la multinacional las pagaremos entre todos y todas. Es decir, se da la paradoja de que los propios trabajadores y trabajadoras despedidas injustamente contribuirán a financiar lo que corresponde a Arcelor Mittal.
A través de la reforma se ha concedido un premio a Arcelor Mittal a cambio de la desaparición de cientos de puestos de trabajo. La misma multinacional Arcelor Mittal que en los primeros seis meses de 2021 ha tenido un beneficio neto de 5.312 millones de euros. Sin exigir compromiso alguno.
Aunque vemos bien que se puedan realizar nuevas actividades en el futuro en estos terrenos, no es de recibo que el pueblo de Zumarraga y responsable de un cierre injusto que ha dejado enormes consecuencias en la comarca, Arcelor Mittal, sea premiado así.
En estos tiempos en los que se habla de la necesidad de transición industrial, para LAB, Arcelor Mittal es un modelo de la transición que no hay que hacer: trabajadoras y trabajadores despedidos con el uso perverso de la reforma laboral, y la institución, en lugar de proteger el empleo ha asumido la responsabilidad de los daños medioambientales causados por la actividad empresarial.
Sobre el posible nuevo proyecto que ha comunicado el alcalde de Zumarraga no ha habido ninguna toma de contacto con los sindicatos, y desde LAB lo hemos recibido con reservas, pues viene siendo habitual el que se dé cuenta de este tipo de noticias con excesiva ligereza.
Si finalmente existe la posibilidad de que en el futuro se establezca un nuevo proyecto empresarial, para LAB las instituciones no pueden limitarse a ofrecer financiación o terrenos. A los inversores les corresponde exigir garantías sobre las condiciones laborales, el empleo y el medio ambiente.