Tal y como hizo en su día con Osalan (Servicio de Seguridad y Salud Laborales de la CAV), esta mañana representantes del sindicato LAB se han reunido en Iruñea con miembros del Gobierno de Nafarroa con responsabilidades en materia de salud laboral para proponerles que en el sistema de prevención de salud laboral se incluya la violencia machista como riesgo específico para las mujeres*, puesto que es una realidad que también ocurre en los centros de trabajo. En la reunión, los responsables gubernamentales han recogido la propuesta y se han comprometido a trasladarla al Consejo Navarro de Salud Laboral.
Más allá de establecer un protocolo frente a las agresiones, LAB pide que se establezca un sistema medible de prevención que evite la propia agresión. En opinión de este sindicato, se debe identificar, reconocer y tomar en consideración el impacto de la violencia machista a la hora de abordar la prevención, la evaluación de riesgos y las medidas de protección. Así se lo han explicado hoy responsables de LAB a Iñaki Mendioroz, director general de Economía Social y Trabajo y presidente del Consejo Navarro de Salud Laboral, quien ha contestado que trasladará esta propuesta al citado consejo.
LAB propone que la violencia machista se incluya en los planes de prevención y se aborde el tema para concretar cómo se trabajará la prevención en el mundo laboral. La prevención de la violencia machista en el mundo laboral no puede ser una cuestión de voluntad, sino una obligación legal, y debe abordarse de forma integral y sistemática para incluirlo en el sistema de prevención ya existente.
Para LAB, la exigencia para que los centros de trabajo se conviertan en espacios seguros libres de violencia machista constituye uno de los ejes del trabajo sindical, y debe tenerse en cuenta el impacto de este fenómeno en la salud laboral y en las medidas de prevención. La violencia machista es una de las principales herramientas del sistema capitalista heteropatriarcal para mantener oprimidas a las mujeres* y a las identidades disidentes de género. En el mundo laboral esta violencia es constante y las mujeres* se encuentran desprotegidas, ya que a menudo se cruza con otras opresiones y con la precariedad.
La evaluación de riesgos de los puestos de trabajo debe recoger la violencia machista como riesgo para las mujeres*, tanto si se produce dentro como si se produce fuera de la empresa. Pero en primer lugar hay que concretar cómo hacerlo, es decir, cómo medirlo, detectarlo y tomar medidas, y para todo ello, en opinión de LAB hay que articular todo un sistema:
- En materia de prevención: evaluar los riesgos y marcar prioridades. Incluir información y formación; definir planes de sensibilización y formación en las empresas. Es evidente que el factor psicosocial juega un papel importante en el ámbito de las agresiones machistas y en su incidencia, por lo que los factores psicosociales también deben ser tenidos en cuenta en un apartado específico de prevención.
- Concretando las medidas de protección a aplicar: Es necesario desarrollar protocolos eficaces contra la violencia machista.
- Al inspeccionar cada año la salud de los y las trabajadoras mediante el servicio de vigilancia de la salud, la cual debe ser ofrecida por la empresa, deberán integrarse los recursos necesarios para investigar casos o indicios de violencia machista.
- Esta propuesta trae consigo la necesidad de que los y las inspectoras de la administración estén formadas; así como, entre otras cosas, integrar una formación específica en los cursos que se ofrecen a personas delegadas de prevención. Por supuesto, para hacer frente a esa necesidad la inspección de trabajo se necesita una estructura propia y especializada.