El próximo 21 de diciembre el Parlamento de Nafarroa aprobará la ley foral de modificación de diversos impuestos y otras medidas tributarias. Sin embargo, estas medidas y los cambios habidos en las dos últimas legislaturas en Nafarroa han sido insuficientes; salvo limitadas excepciones, la política fiscal no ha tenido cambios sustanciales. Por enésima vez, se cierra la puerta a desarrollar una nueva política fiscal ambiciosa que conecte con las preocupaciones y necesidades de la mayoría social. LAB ha presentado su análisis sobre la política fiscal desarrollada en Nafarroa, Euskal Herria, en las últimas décadas, donde se destaca que se recauda menos de lo debido, algo que nos hipoteca y limita.
El Gobierno de Nafarroa compuesto por PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, y en concreto el consejero de Economía y Hacienda Jose Luis Arasti, habla de «acercarse a toda la ciudadanía y empatizar con las familias que están notando los efectos adversos de la inflación». En cambio, no puede hablarse de justicia social con la actual política fiscal.
El ejemplo más claro de la hipocresía de sus palabras es la medida relativa a la deflactación lineal de la tarifa del IRPF que, tal y como se plantea, fue la primera medida fiscal reivindicada por el PP y rechazada por el Gobierno español de Pedro Sánchez por considerar que beneficia más a las rentas altas, aquellas que menos notan esos efectos adversos. Es inadmisible que, en una situación excepcional en la que la vida se encarece, si se alivian las cargas (fiscales) a quienes más aportan, es decir, a los trabajadores y trabajadoras, estas medidas estén condicionadas a que beneficien a quienes más tienen y menos pagan, generando una mayor desigualdad. Dicho con otras palabras, se renuncia a recibir más de quienes más tienen, y se desarrolla una política fiscal diseñada en beneficio de la patronal y en detrimento de la clase trabajadora.
Así, a una renta de 9.000 euros le supone 34 euros menos; sin embargo, a una renta de 120.000 euros le supone una reducción de casi 1.000 euros. Además, cabe pensar que esas rentas más altas son las que menos se han visto afectadas por el encarecimiento de la vida, toda vez que por ocupar puestos de dirección habrán visto actualizados sus salarios conforme al IPC. Lo contrario a lo que ocurre con las rentas más bajas, a las que esos mismos directivos niegan la actualización de los salarios, arrastrando a sus plantillas a una situación de empobrecimiento.
La presión fiscal de Nafarroa es 8,7 puntos más baja que la media de la Unión Europea
Según el análisis realizado por LAB, actualmente Nafarroa se sitúa a 8,7 puntos de la presión fiscal media de la Unión Europea, por lo que el aumento de la presión fiscal y por tanto el aumento de la recaudación es una opción factible, que además supone un menor endeudamiento y mayor protección social. De hecho, si Nafarroa se situara en dicha media recaudaría 2.300 millones de euros más; cifra que, descontada la aportación al Estado a través del Convenio Económico, quedaría en 1.969 millones de euros. En consecuencia, las competencias de Nafarroa deben ser aprovechadas para aumentar la presión fiscal y transformar profundamente el sistema tributario.
Mientras se han incrementado los beneficios de las empresas y se ha precarizado el mundo laboral, los trabajadores y trabajadoras navarras aportamos cinco veces más a la Hacienda Foral que las empresas, que se sitúan a la cola de la recaudación. Así, el tipo de gravamen a pagar para los beneficios de las empresas no ha dejado de disminuir (desde 1996 el tipo general de gravamen se ha reducido en un 20%). A partir de 2007, gracias a la política fiscal desarrollada, el Impuesto sobre Sociedades ha perdido peso en el sistema tributario navarro. A día de hoy, todavía no se ha conseguido que la recaudación obtenida por la Hacienda en el año 2007 (por encima de los 500 millones) vuelva a repetirse a través del impuesto de sociedades (a día de hoy se mantiene por debajo de esa cifra), mientras que el IVA y el IRPF han tenido un desarrollo al alza. En definitiva, la estructura fiscal actual se ha desarrollado en beneficio de las rentas altas.
Por otro lado, la baja presión fiscal es un indicador de gran fraude o de que la Hacienda tiene dificultades para hacer pagar impuestos. Quienes gobiernan tienen por costumbre recaudar de los impuestos que tienen dificultades para la evasión fiscal, las rentas de trabajo y el consumo. Sin embargo, atraen a los ricos a través de amnistías fiscales en lugar de imponer sanciones con graves consecuencias. En cualquier caso, una gran cantidad de dinero que escapa de los fondos e inversiones públicas para perjuicio de toda la sociedad navarra.
Esto tiene que cambiar. El sindicato LAB defiende que a través de la política fiscal centrada en los principios de progresividad e igualdad, habría que garantizar una redistribución justa de la riqueza que se genera en Nafarroa y garantizar los derechos fundamentales a toda la ciudadanía a través de los servicios públicos (sanidad, educación, vivienda, transporte, pensiones, …). También para afrontar con éxito los grandes retos que plantea el contexto actual (transformaciones socioproductivas importantes motivadas por la emergencia ecológica y la crisis energética), y como miles de personas exigieron hace unas semanas mediante la primera Huelga Feminista General de la historia en Nafarroa, porque ha llegado la hora de construir un sistema público y comunitario de cuidados.
LAB considera que debe abordarse de una vez por todas el debate sobre la política fiscal, con la necesaria voluntad política, porque la actual política fiscal sustenta los intereses de quienes quieren seguir acumulando capital en manos de unos pocos. Las principales propuestas son las siguientes:
1. Dar a la rentas del capital en el IRPF el mismo tratamiento que a las rentas del trabajo y elevar el tipo máximo al 60%.
2. En lo que respecta al impuesto de sociedades, eliminar las deducciones y beneficios fiscales, y establecer un tipo nominal del 35%.
3. Recargo a la rentas del capital entre el 1% y el 10%.
En consecuencia con ello, lo que se aprobará en el Parlamento de Nafarroa, incluidas las medidas tributarias acordadas por EH Bildu con el Gobierno, está muy lejos de alcanzar ese objetivo y de cualquier cambio estructural necesario en estos momentos.