La visita al más alto nivel institucional que se está viviendo en la planta gasteiztarra de Mercedes en relación a la inversión multimillonaria pública está teniendo un eco mediático tremendo. Alabanzas al modelo de empresa, a los planes de expansión, etc. Pero lamentablemente, una vez más, vemos con resignación que las personas que hacen posible todo ello, los y las trabajadoras de la fábrica alavesa, no son mencionadas en ninguno de los pomposos discursos que hemos podido escuchar.
Envuelta en plena precampaña electoral de la CAV, la planta de la firma alemana ha sido y es siempre escaparate para los diferentes cargos públicos, que han querido arrimarse a ella y sacarse la tan ansiada foto. Cómo no, todo ello regado de dinero público y con una presencia policial desmedida. En esta ocasión, hablamos de la concesión del PERTE por parte del Gobierno del Estado, lo cual supondrá la ampliación de la planta productiva a terrenos públicos gustosamente cedidos. Mientras que se entregan millones y millones de euros de las arcas a públicas a empresas privadas, ello no conlleva condición alguna hacia la plantilla. Ni mantenimiento del empleo, ni mejoras en las condiciones de trabajo de la plantilla. ¿Cómo puede ser?
En vísperas de esta visita, Mercedes y el comité de empresa llegaron a un acuerdo por el cual la empresa podría suspender jornadas, para así poder evitar la aplicación del ERTE. Un acuerdo en unas condiciones que hasta hace bien poco eran inimaginables en la empresa, dado que las mayorías existentes en el comité avalaban la pérdida de derechos a cambio de prebendas personales. Ahora eso ya no es posible, y la empresa lo sabe, con lo que las negociaciones adquieren un nuevo carácter. Y la plantilla también lo tiene claro.
En este momento que el capital ha apostado por lo que se ha denominado como movilidad verde, se nos avisa a la clase trabajadora de la pérdida de empleo y derechos que ello va a suponer. Por supuesto, para que sigan engrosando los bolsillos de los mismos de siempre, a costa de todos y todas las demás. Y Mercedes no va a ser una excepción. Habrá que luchar cada conquista, y la reivindicación del Marco Vasco de Relaciones Laborables sigue manteniendo la misma actualidad que hace tres décadas. Porque si aquí trabajamos, aquí decidimos. Tanto en Mercedes, como en Euskal Herria, la clase trabajadora no puede seguir pagando los excesos del capitalismo.
Es por ello que ahora la propuesta de LAB del triple reparto cobra más importancia que nunca: reparto de la riqueza, del trabajo y de los cuidados. Cuando nos encontramos en plena transición, la única alternativa posible para poder seguir habitando el planeta pasa porque esta transición sea ecosocialista.