De hecho, más del 17% de la población ocupada tiene una relación laboral a tiempo parcial (la inmensa mayoría mujeres), y aproximadamente en el 58% de los casos siguen buscando empleo pero no encuentran una alternativa a tiempo completo.
Otra prueba de las condiciones de precariedad y rotación laboral es que sólo 7 de cada 100 contratos firmados son indefinidos, y alrededor del 57% de los contratos temporales por tiempo determinado tienen una duración inferior a 7 días.
En vista de todos estos datos, Garbiñe Aranburu, secretaria general de LAB, tiene claro que los datos del paro no muestran la realidad. Y es que, en palabras de Garbiñe Aranburu, “el descenso del paro no es una buena noticia, puesto que se produce a costa del fortalecimiento de la precarización”.
Además, ahora que se cumplen seis años de la reforma laboral, es obligado denunciar que cada vez es menor el grado de protección que proporciona el sistema de prestaciones por desempleo.
Esto es así en parte porque el empleo creado es tan precario que resulta difícil generar derechos para acceder a una prestación contributiva; y por otro lado, porque en 2012 el gobierno español recortó las prestaciones por desempleo, dificultando el acceso a las mismas y reduciendo su cuantía.
En la actualidad, en Hego Euskal Herria sólo el 31% de las personas consideradas oficialmente en paro recibe algún tipo de prestación del SEPE (antiguo INEM). De manera que el sistema español de desempleo deja a la intemperie y sin protección a 113.927 personas (dato de enero). Y hay otras 26.456 personas en paro que reciben una prestación asistencial cuya cuantía media ronda los 430 euros, es decir, muy por debajo del umbral de pobreza.