El problema no es el Decreto en sí. El problema es la “Ley del Vascuence”. Según LAB es hora de traspasar los límites que expone esta ley, si es que se quiere dar un cambio en profundidad. Y es eso exactamente lo que echamos en falta. La valentía necesaria para ello. Son quienes están en contra del euskera quienes están condicionando la labor del Gobierno Navarro, y eso acarrea, entre otras cosas, el no poder deshacernos del legado que ha dejado UPN.
Es imprescindible dejar de lado la zonificación que plantea esta ley y la discriminación antidemocrática que establece entre la ciudadanía, para que los derechos lingüísticos de navarros y navarras sean garantizados.
Hoy en día, cuando el plurilingüismo está fuera de toda duda, nos resulta incomprensible tener que soportar situaciones que atentan contra los derechos lingüísticos. El euskera, como lengua minoritaria, necesita medidas de protección, discriminación positiva, y no enfoques que lo releguen a un status de idioma secundario.
Creemos que los trabajadores y trabajadoras deben ser agentes activos en la normalización del euskera. Por ello LAB ha tomado parte en el proceso de elaboración de este decreto haciendo sus aportaciones al mismo con el objeto de mejorar algo que ya de partida nació con carencias.
Aunque se hayan tomado en cuenta algunas de las aportaciones realizadas no es para nada suficiente. Calificábamos el Decreto de “muy limitado” tal y como expresó la presidenta de Navarra Uxue Barkos en la aparición de ayer del Parlamento navarro haciendo referencia al sindicato LAB.
Pese a que algunas de las enmiendas aportadas sí se han tenido en cuenta, a nuestro juicio siguen sin cubrirse las necesidades que requiere la ley de normalización del uso del euskera.
Es por ello que desde LAB asumimos el compromiso de seguir trabajando en la mejora de esta ley con el claro objetivo de dotar al conjunto de la ciudadanía navarra de una ley que garantice y posibilite sus derechos lingüísticos.