Desde el Comité de Empresa del Servicio de Transporte Sanitario No Urgente Programado de Bizkaia, queremos responder a las mentiras y difamaciones vertidas por la empresa La Pau, en el artículo publicado por ustedes el 7 de diciembre de 2023, para que la ciudadanía tenga una imagen más clara de cómo es la situación en este sector.
En ese artículo, la cooperativa de ambulancias La Pau denuncia que lleva varios meses sufriendo «una huelga encubierta» por una parte de la plantilla, mediante un aumento del absentismo laboral superior al 25% del total de la plantilla y un «exceso injustificado» de celo profesional, intentando demorar el servicio «intencionadamente» por una parte de los trabajadores, lo que «afecta gravemente la calidad y eficiencia» del servicio en Bizkaia y Álava.
Por supuesto que el absentismo laboral (que básicamente se refiere a las bajas médicas del personal) es alto. Lo lleva siendo años, y si ha aumentado algo en los últimos meses, es debido al incumplimiento sistemático de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales por parte de La Pau, por lo que está siendo sancionada reiteradamente por Inspección de Trabajo, que está agravando la salud de las y los trabajadores, y provocando diversos accidentes laborales: no poner los medios necesarios para prevenir las lesiones músculo-esqueléticas; nulo mantenimiento de los equipos de trabajo y reparaciones chapuceras; parcheados irregulares y defectuosos de neumáticos, con los consiguientes reventones y accidentes; pésimo trato al personal, que produce continuos daños psicosociales; ineficiente gestión de los servicios, que genera un gran estrés al personal; etc. Y sin haber hecho siquiera, en los tres años que lleva gestionando el servicio, los reconocimientos médicos a las y los trabajadores a que le obliga la ley.
En cuanto al “exceso de celo injustificado”, no es más que el seguimiento de directrices establecidas desde el comité de seguridad y salud junto con Inspección de Trabajo, y con el asesoramiento de Osalan (el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales), para intentar poner freno precisamente al principal generador de absentismo (bajas), y proteger en lo posible la salud de las y los trabajadores, totalmente desprotegida por la irresponsable actitud de la empresa, que ignora hasta los más elementales principios de la prevención de riesgos laborales.
Además, la empresa asegura que, debido a ese absentismo y ese “exceso de celo”, se están provocando «alteraciones constantes» en los servicios, lo que obliga a «un esfuerzo redoblado» para evitar retrasos que repercuten directamente en las y los pacientes.
Gracias al esfuerzo diario personal de las y los trabajadores el servicio no se hunde, pese a la escasez de personal, la falta de medios y la incompetente gestion. Porque esos trabajadores y trabajadoras se preocupan por los pacientes, y no los tratan como a una cifra, una estadística más. Nos gustaría que se preguntara a las y los cientos de pacientes que han sufrido continuos retrasos, pérdidas de tratamientos, y pernoctaciones obligadas en centros hospitalarios, debido a la nefasta gestión del servicio por parte de La Pau. Y no desde hace meses, si no desde que empezó su gestión, hace tres años.
Después, desde La Pau tienen la desfachatez de decir que la razón de que una parte de la plantilla esté llevando a cabo esta «huelga encubierta» es el «escaso seguimiento» (menos del 30%) por parte de los trabajadores de las dos huelgas convocadas hasta ahora por los sindicatos.
No se pueden tergiversar más los hechos. Tras imponer unos servicios mínimos abusivos (como lo demuestra el hecho de que hubiera ambulancias que no llegaron a realizar ningún servicio los días de huelga, y que la empresa dejase a parte del personal de mínimos sin salir a la calle a trabajar), ninguna persona que no estuviera en servicios mínimos acudió a trabajar, por lo que el seguimiento de la huelga fue del 100% del personal que podía secundarla.
Y, después de insultar a las y los trabajadores, y de mentir sin ningún pudor sobre los hechos, menospreciando directamente a toda la ciudadanía, La Pau tiene el valor de decir que tiene un firme compromiso con el diálogo y la búsqueda de soluciones, y que vuelve a ofrecer diálogo a los sindicatos para intentar llegar a un acuerdo.
No sabemos a qué tipo de diálogo y acuerdo se refiere, ya que todo lo que nos ofrece La Pau es: negación de las medidas necesarias para reducir los riesgos laborales; imposición del calendario laboral, incumpliendo convenio y normativa; pretendiendo recortar condiciones y derechos en la actual negociación (es un decir) del convenio del sector; imposición de servicios mínimos abusivos en las jornadas de huelga, con el empleo de la fuerza, y negando el derecho a la huelga a una gran parte de la plantilla; etc.
Esa es la voluntad de diálogo de La Pau.
Lo que realmente ocurre es que La Pau llegó a Euskadi creyendo que podría dejar el servicio en manos de unos cuantos encargadillos incompetentes, y llevarse unos buenos beneficios con poco esfuerzo. Pero no contaron con que aquí los sindicatos no se venden, y luchan por defender los derechos de las y los trabajadores por encima de todo. Y ahora, además de maltratarnos, quieren mostrarnos ante la opinión pública como si fuésemos la peor calaña. Pero quienes se están retratando con sus actos son ellos.