Ayer 16 de agosto, murió otro trabajador en accidente laboral mortal no traumático. I.S.A., trabajador de Construcciones Moyúa de 54 años, falleció en Ormaiztegi. Se trata del segundo trabajador muerto en accidente laboral en el plazo de cinco días, ya que el pasado 12 de agosto murió M.S.L., trabajador de la UTE Donostiako Garbiketa en la capital de Gipuzkoa. Las compañeras y compañeros de éste se han movilizado hoy ante las instalaciones de la empresa.
Con este último fallecido, en Euskal Herria por lo menos 38 trabajadores y trabajadoras han fallecido en el trabajo o a consecuencia del mismo en 2021. Desde LAB, queremos mostrar nuestro apoyo y solidaridad a familiares, personas allegadas, compañeros y compañeras del trabajador muerto.
Los accidentes no traumáticos también son accidentes de trabajo. No se dan por casualidad en horario de trabajo, ni por mala suerte ni por fatalidad, como dicen los empresarios. Son consecuencia de las relaciones laborales, la precarización, la normativa laboral y la subcontratación. Está demostrado que las condiciones de trabajo, presiones y estrés son factores claves en accidentes cardiovasculares, que se han convertido en la mayor causa de accidentes laborales mortales. Así, en 2020, el 25% del total de accidentes mortales fueron no traumáticos, y en lo que vamos de año ya son 10 las y los trabajadores fallecidos por esta causa.
Detrás de este accidente y de todos los accidentes de trabajo se encuentran las condiciones de trabajo y vida de la clase trabajadora; malas condiciones de trabajo como son los elevados ritmos de trabajo, las presiones y el autoritarismo, que provocan estrés y derivado del mismo, numerosas patologías en las trabajadoras y trabajadores.
En LAB tenemos claro que tenemos derecho a un trabajo y a una vida dignas. Tenemos derecho a volver de nuestros trabajos sanos y salvas. Los accidentes laborales no son hechos aislados, son el reflejo de un modelo productivo en el que prima la economía por encima de la salud y la vida de la clase trabajadora.
Tenemos claro que la movilización y la lucha son las únicas armas que tenemos para acabar con esta lacra, ya que la solución vendrá de un cambio en las relaciones laborales y las reglas del juego. Necesitamos un cambio de modelo donde la salud y la vida de la clase trabajadora esté en el centro. Y para ello, la movilización es fundamental. Así, LAB hace un llamamiento a trabajadoras y trabajadores a participar en las movilizaciones que se organicen en denuncia de esta nueva muerte.