Comunicado de LAB, ELA, ESK, STEILAS, EHNE e HIRU:
El 6 de febrero de 2020 se derrumbó el vertedero de Verter Recycling en Zaldibar y desaparecieron Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán entre la basura. Tras 6 meses y 10 días desaparecido, se encontraron los restos de Alberto Sololuze. Desgraciadamente, tras 15 meses y 8 días, el Gobierno Vasco, sin encontrar los restos de Joaquín Beltrán, ha decidido suspender la búsqueda. «En nombre del Gobierno, Vasco queremos trasladar a la familia las más sentidas condolencias. Descanse en paz», ha señalado el portavoz de Lakua, Josu Erkoreka. Al parecer, el Gobierno Vasco también decide cuándo dar por muerto a un trabajador. Es evidente que quieren quitarse este asunto de encima, eludiendo responsabilidades y presentando a Verter Recycling como único culpable ante la opinión pública.
¿Y dónde está el lehendakari Iñigo Urkullu? Al igual que estuvo desaparecido los días posteriores a la catástrofe de Zaldibar, tampoco ha dado la cara en el día de hoy.
Desde el principio hemos exigido encontrar a Joaquín Beltrán, pero esto no es suficiente. Es imprescindible depurar las responsabilidades políticas y llegar hasta las últimas consecuencias, para asegurar que se conozca la verdad, que haya justicia y que no vuelva a ocurrir.
La gestión del vertedero ha sido nefasta, en el momento en que se produjo el desprendimiento y tanto antes como después de la catástrofe, así lo hemos denunciado desde la mayoría sindical vasca. En la actividad de Verter Recycling, además de la falta de control y la ausencia de sanciones , ha habido acumulación ilegal de amianto y de residuos peligrosos de diferentes tipos que se han llevado sin control a lo largo de los años, que debían haberse controlado caso por caso. El Gobierno Vasco y el Departamento de Medio Ambiente, también entonces, no hicieron nada. Y hoy Arantxa Tapia ha hablado, en comparecencia conjunta con Erkoreka, de que se han estado realizando los trabajos en beneficio del medio ambiente.
Vertes Recycling tiene responsabilidad directa sobre los trabajadores fallecidos y ante la actividad clientelar, opaca, no sostenible y peligrosa que durante años ha existido en el vertedero de Zaldibar.
En este caso, la responsabilidad no puede limitarse al ámbito privado, porque el ámbito público ha tenido una responsabilidad política sobre lo que estaba ocurriendo. Estos responsables tienen nombres, apellidos y responsabilidades políticas. El Gobierno Vasco dirigido por Iñigo Urkullu y el consejero Iñaki Arriola tienen una responsabilidad política directa sobre lo ocurrido en Zaldibar. Más aún, si tenemos en cuenta la relación directa que existe entre la empresa y varios cargos políticos.
Entre los principales responsables, sin duda alguna, está también la patronal, incumpliendo la legislación vigente. Las enfermedades y/o muertes de las y los trabajadores le salen baratas y mientras continúe así, nada va a cambiar. La privatización de la gestión de la basura y la falta de control público han convertido el actual modelo de gestión de residuos en un negocio en el que la patronal también saca beneficios a espaldas tanto de la clase trabajadora como de la naturaleza.
Ante esta trágica situación, no denunciar a la patronal, ha convertido a la propia Administración pública en cómplice, ya que no adopta las medidas de vigilancia, control y protección necesarias para revertir la situación, para garantizar la vida y la salud de las y los trabajadores o para hacer la transición hacia un modelo de gestión de residuos sostenible.
Desde la mayoría sindical vasca, además de denunciar todo esto, queremos mostrar todo el apoyo y solidaridad a la familia de Joaquín Beltrán, así como a todos los trabajadores y trabajadoras fallecidas este año en el trabajo o a consecuencia del mismo. Es hora de que cese la masacre que provocan las muertes laborales.