La disminución de 400 puestos de trabajo en la planta de Landaben de Volkswagen no es, en opinión del sindicato LAB, una situación ni imprevista ni inevitable. Más al contrario, cabe incluir esta noticia negativa en el contexto de la negociación del X convenio colectivo de Volkswagen Nafarroa en que la empresa está utilizando el miedo y la incertidumbre para amedrentar a la parte social. No será el caso de LAB, que llevará hasta el final sus reivindicaciones indispensables para un futuro digno de la planta y para sus trabajadores y trabajadoras.
LAB piensa que se habría podido hacer frente a la disminución de puestos de trabajo si de verdad hubiese habido voluntad por parte de la empresa. Ante la bajada de producción del coche de combustión y la transición a la fase de producción del coche eléctrico, existía una posibilidad de encauzar directamente esa disminución de carga de trabajo, y era la de situar la planta de baterías en Landaben con personal propio. Para ello, el Gobierno de Nafarroa puso 40 millones de euros de dinero público que no han servido absolutamente para nada, ya que la planta terminará situándose fuera y con personal previsiblemente más precarizado. De haberse situado la planta de baterías en Landaben, con personal de Volkswagen, este empleo podría haberse consolidado y suponer una futura creación de empleo.
Más allá de esa “solución” directa, el sindicato LAB lleva años planteando unas medidas concretas, totalmente asumibles por la empresa, que como poco amortiguarían esta situación, como son la reducción de jornada a 32 horas semanales y la facilitación de salida de la plantilla cercana a la jubilación con la perspectiva del rejuvenecimiento de la misma.
Estas propuestas, entre otras, las ha llevado LAB a la mesa de negociación del X convenio colectivo de Volkswagen Nafarroa que se está negociando en la actualidad. Una negociación para la que la empresa está creando un contexto y un relato de miedo e incertidumbre para condicionar los planteamientos de la parte social y las posibles movilizaciones que se pudiesen dar por parte de la plantilla.
Pues bien, LAB no se amedrentará y llevará hasta las últimas consecuencias la reivindicaciones que considera indispensables para un futuro con condiciones dignas en la planta: las ya mencionadas medidas de reparto del empleo mediante la reducción de jornada a las 32 horas semanales y la facilitación de la jubilación anticipada; el mantenimiento del poder adquisitivo; la incorporación de la medidas acordadas en el plan de igualdad para dar a las mismas rango de convenio; y la desaparición de las mutuas estableciendo la gestión de las bajas por parte de Osasunbidea. LAB entiende que es momento de luchar y no de negociar desde el miedo.