En una reunión celebrada en Madrid de poco más de una hora, los sindicatos CCOO y UGT han acordado con la CEOE incrementar el SMI para 2020 en 50 euros mensuales, por lo que queda fijado en 950 euros. Se frustran así las pocas expectativas sobre un incremento sustancial a la vista de los acuerdos del Gobierno español.
La cuantía fijada supone seguir incumpliendo la Carta Social Europea, que fija la cuantía del SMI en el 60% de los salarios medios, que en Euskal Herria se corresponde con la reivindicación de los 1.200 euros al mes. Alcanzar esta cuantía, ni siquiera ha formado parte del contenido de la reunión, a pesar de que su logro de forma progresiva forma parte de los acuerdos del gobierno español de PSOE y PODEMOS. La CEOE no ha aceptado incluirlo en la negociación.
El acuerdo realizado en Madrid, además, supone que sus firmantes se desdicen también del acuerdo que ellos mismos firmaron en julio de 2018 (IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva) por la que fijaron como medida un salario mínimo por convenio de 1000 euros mensuales en 14 pagas a alcanzar en el 2020.
Resulta evidente que de este diálogo social que acepta de forma complaciente el veto de la patronal, incapaz de exigir el cumplimiento de la Carta Social Europea, es un fraude y por lo tanto, no puede esperarse que del mismo lleguen medidas que supongan ni la derogación de las reformas laborales ni la de las pensiones.
Vuelve a quedar en evidencia que no son tiempos para esperar a lo que pueda llegar de estas mesas de diálogo social convertidas en instrumentos de legitimación de un sistema donde las condiciones de vida de las personas trabajadoras y pensionistas no son lo prioritario.
Por ello, la huelga general del 30 de enero es hoy más necesaria ya que solo la movilización social puede hacer posible la consecución de las reivindicaciones del movimiento de pensionistas y de la mayoría sindical y social vasca.