El Ayuntamiento anuncia hoy en la web municipal que ayer aprobó en Junta de Gobierno la licitación del contrato de concesión de obra para la redacción del proyecto, dirección de obra, ejecución, mantenimiento, conservación y explotación del nuevo equipamiento deportivo de La Casilla.
En opinión de la sección sindical de LAB, es curioso que en el documento descriptivo de la licitación, el propio ayuntamiento asume que, de partida, el pabellón de La Casilla ha sido un equipamiento exclusivamente municipal, y ahora tanto este ayuntamiento como su equipo de gobierno vuelven a apostar por dejar en manos privadas la gestión de lo que tendría que ser un servicio público municipal.
Nada menciona el ayuntamiento del número de personas trabajadoras que van a ser necesarias para llevar adelante toda la oferta deportiva y de ocio que se va a derivar de este nuevo proyecto, así como de sus actividades complementarias. Pero mucho nos tememos que ese silencio significa que, nuevamente, este ayuntamiento va a perder la ocasión de ofrecer un servicio público de calidad mediante empleadas y empleados públicos. En vez de optar por la gestión directa de un servicio municipal, vuelve a externalizar un servicio que debería que ser público.
El ayuntamiento, además, pretende hacer esta concesión de obra por un plazo de 40 años, lo cual supone hipotecar la posible publificación de un servicio por las siguientes cuatro décadas, con la subsiguiente merma respecto a la posibilidad de crear empleo público para atender este equipamiento a futuro.
LAB lleva tiempo denunciando la tendencia a la privatización de servicios públicos por parte de este equipo de gobierno formado por PNV-EAJ y PSE. Con esta última decisión ha cruzado todas las líneas.
Comenzaron quitando la ambulancia municipal, cerrando un servicio público que funcionaba perfectamente para implantar otro que demora su asistencia hasta en 40 minutos.
Privatizan la gestión del Frontón de la Esperanza, alegando que se va a ofrecer en el mismo un servicio novedoso, cuando lo cierto es que los puestos que se identifican en los pliegos de La Esperanza ya existen en la Relación de Puestos de Trabajo, y por tanto, podrían haber sido cubiertos por personal municipal.
Subcontratan el servicio de preparación de los espacios electorales cuando para el mismo siempre se ha llamado a las personas integrantes de la bolsa de Oficial de Oficios para realizar ese trabajo.
Por no hablar de la oportunidad perdida de revertir para el servicio público la gestión directa del Servicio de Ayuda Domiciliaria o de BilboBus.
La sección sindical de LAB en el ayuntamiento de Bilbo denuncia nuevamente el ansia privatizadora de este equipo de gobierno y le vuelve a instar a que revierta estas decisiones y apueste por unos servicios públicos de calidad y de gestión propia.