A falta de dos semanas para el inicio del nuevo curso escolar, los últimos días hemos conocido los planes de los Gobiernos de Iruñea y Gasteiz de cara al regreso a las aylas. En ambos casos, los presentados han sido propuestas diseñadas de forma unilateral, y lo que es pero, llenos de decisiones imprevistas de última hora, que dejan de manifiesto muchas dudas y carencias. En la CAV además, cuando en las últimas semanas se han dado rebrotes de COVID-19, el Departamento de Educación ha estado desaparecido y sin dar ninguna explicación ante las preocupaciones de familias, agentes y familias.
Desde junio hasta ahora los responsables de educación de la CAV no se han reunido con la representación de la plantilla para negociar y acordar la medidas que hay que adoptar, y no se ha utilizado el verano para trabajar el diseño del curso. Antes de las vacaciones se enviaron planes de contingencia y unas directrices a los centros, pero apelando a la autonomía, no se establecieron criterios comunes tal y como exigió LAB. Se prevé la figura del prevención de coordinación, que en nuestra opinión es totalmente necesaria, pero creemos que a la persona que se encargará de la coordinación se le han de dar hora para que pueda cumplir dicha función, y que ese trabajo debe estar coordinado con el Departamento de Educación.
Desde un principio hemos estado a favor de crear grupos estables o de afinidad, pero para que esta medida sea eficaz ez imprescindible bajar los ratios de alumnado. Además de meter menos alumnos y alumnas en las aulas, hay que bajar los ratios en el ciclo 0-3, en el número de alumnas y alumnos que deben atender las y los especialistas de educación especial, en comedores, número de metros a limpiar… Si fuera necesaria, además, pedimos adaptar instalaciones municipales y otros espacios públicos pero creemos que no ha actuado con previsión. Si en mayo fueron posibles grupos con 15 alumnas y alumnos no entendemos cómo ahora se establecen en grupos de 23, 25 0 30, si no es porque se priorizan criterios económicos por encima de las necesidades pedagógicas y de seguridad.
Analizando por colectivos los ratios y bajándolos, y por lo tanto, contratando más trabajadores y trabajadoras, no es momento de ahorrar en educación, sino de dotarla de los recursos humanos y materiales necesarios; y también para reforzar el ámbito pedagógico, en el que ha habido retrocesos en los últimos seis meses. Además de los necesarios para hacer frente a la brecha digital o social, se precisan medidas para hacer frente al déficit que muchas y muchos alumnos han tenido en materia de euskara y cultura vasca. Aún no conocemos las propuestas realizadas por los departamentos de educación para hacer frente a las consecuencias que el alumnado ha sufrido en los ámbitos pedagógicos y psicoemocionales.
Considerando que el sistema educativo estaba agotado, a finales de junio presentamos desde LAB una propuesta trabajada desde la perpectiva pedagógicia y de prevención para el curso 2020/21. En la misma, proponíamos dar pasos concretos hacia la evaluación educativa, también un metodología basada en competencias y aprovechando la necesidad de descender los ratios, también la educación cooperativa. Todo ello, teniendo en cuenta que la o el alumno es un sujeto plural del proceso educativo, y garantizando la coeducación. La pandemia también daba una oportunidad para situar en el centro el cuidado, la alimentación o el consumo sostenible.
No obstante, los responsables de educación de la CAV y Navarra no han aprendido nada y sin tener en cuenta experiencias como la de Italia, están buscando salidas a corto plazo mirando hacia Madrid y con el menor coste posible, sin que sean acordadas con nadie y tarde, muy tarde…
Desde LAB, exigimos a ambos gobiernos que planifique con trabajadoras, trabajadores y otros agentes un inicio de curso seguro y consensuado, y más allá de septiembre, mostramos nuestra disposición a seguir dando pasos firmes hacia la Escuela Vasca Pública Comunitaria que merece la sociedad vasca, ya que la pandemia ha dejado de manifesto que el actual sistema educativo está agotado y nos brinda una nueva oportunidad para repensarlo y transformarlo.