El martes 3 de marzo por la tarde noche unos compañeros y compañeras de otra ambulancia comentaron a dichos trabajadores que les habían dicho en el hospital que el sábado, su ambulancia había trasladado a un paciente que había dado positivo en coronavirus.
Esa misma noche los y las trabajadoras llamaron a coordinación para confirmar la información y tras una hora de espera les dicen que la coordinadora estaba muy ocupada y no se lo podían mirar. También se le informó a la empresa de dicha situación.
Finalmente, el miércoles 4 de marzo, uno de los trabajadores afectados fue a la residencia a la que fueron enviados en busca de información. Nada más verle le atendieron los directores de la residencia y le dijeron que ellos no le podían dar información.
A continuación llamó a coordinación de Osakidetza y le confirmaron que esa actuación estaba abierta todavía, ya que el paciente dio positivo en coronavirus.
Al tener la confirmación, los propios trabajadores llamaron al supervisor de la empresa y la respuesta, tras consultarlo con emergencias, fue que siguieran haciendo vida/trabajo normal y que avisaran si comenzaban con síntomas. Es en ese momento cuando la empresa ordenó desinfectar la ambulancia.
A estos trabajadores y trabajadoras, en ningún momento se les han hecho ninguna prueba y fue ayer, y a partir de un aviso de LAB, cuando a estas y estos trabajadores se les aplicó el protocolo de coronavirus.
Los y las trabajadoras de ambulancias están en una indefensión total ante esta situación ya que no reciben la información necesaria y no pueden aplicar los protocolos existentes. A esto se une que los EPIs entregados por las empresas no coinciden con los recogidos en el ultimo procedimiento de actuación frente al coronavirus publicado por Osakidetza con fecha de 3 de marzo de 2020.
Desde el sindicato LAB queremos denunciar la mala gestión que se está haciendo de esta situación tan grave y pedimos al Gobierno Vasco, como responsable subsidiario, que se pongan los medios necesarios para evitar que la plantilla de la RTSU enferme y se conviertan en vía de transmisión de la enfermedad.
Entendemos que el Gobierno Vasco como contratante de las empresas y que gestionan este servicio con dinero publico, no pueden mirar hacia otro lado en esta situación.
También hacemos participe de esta responsabilidad a Osakidetza, ya que estos trabajadores y trabajadoras tienen relación directa en todos los hospitales de la CAV con personal sanitario de Osakidetza.