Responsabilizamos al Departamento de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia, presidido hasta ahora por Sergio Murillo, y a la empresa adjudicataria Landalan, que comunicó que dejaría la gestión. Desde entonces ha habido despidos, las condiciones laborales han empeorado visiblemente y la continuidad del servicio se encuentra en peligro. Por ello, los y las trabajadoras comenzarán a movilizarse.
El centro de Vivero es dependiente de la Diputación Foral de Bizkaia y es gestionado por la empresa Landalan. En este centro han trabajado más de 50 personas en el último año.
Desde hace aproximadamente un año, representantes del comité, trabajadores y trabajadoras y sindicatos con representación han mantenido una serie de reuniones con la dirección de Landalan y a su vez con Sergio Murillo, que ha estado al frente de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia, como titular del servicio.
En esas reuniones, Landalan decía no ver la posibilidad de prestar el servicio y anunció que lo dejaría a la finalización del convenio con la Diputación. Dijo que para ello extendería todos los datos para la subrogación a la nueva empresa, como así lo indica el convenio colectivo. Desde entonces, el convenio de prestación del servicio ha sido prorrogado en varias ocasiones, degradando las condiciones laborales de los y las trabajadoras de un convenio a otro, mes a mes, hasta el punto de poner en juego la salud laboral de los y las trabajadoras y jugando con ellas. Cabe recordar que Landalan es una empresa que durante años no ha respetado el convenio colectivo sectorial y que, aunque la Diputación Foral de Bizkaia lo ha sabido, ha mirado para otro lado. Mientras tanto, últimamente han puesto en marcha despidos encubiertos y varios trabajadores y trabajadoras han sido despedidos de esta manera.
La situación del servicio lleva años siendo precaria y la situación actual es muy grave; falta de ratio, que ha pasado de tener plazas concertadas para 42 usuarios a 82 usuarios sin más personal, sin espacios dignos para las y los usuarios y sin espacios para llevar a cabo su proyecto de vida, falta de material, falta de material de higiene, incendio en el edificio por los colchones que se quemaron, entre otros.
La Diputación Foral y Sergio Murillo son responsables de todo esto; por un lado, porque han tenido conocimiento de la situación y no han cumplido con la promesa dada a los trabajadores y trabajadoras de mantener abierto el centro, mientras se ha llevado a cabo el desmantelamiento progresivo del centro de trabajo. Y por otro, porque a sabiendas de la situación del centro han mirado hacia otro lado ante la pésima calidad de vida y trabajo que han denunciado tanto trabajadores y trabajadoras como residentes.
Una vez más queda claro que la privatización de los servicios que debían ser públicos y que dependen de la Diputación, supone la miseria de estos trabajadores.
Por eso, en defensa de los puestos de trabajo y en la lucha por el trabajo y las vidas dignas tanto de trabajadores como de residentes, iniciarán un ciclo de movilizaciones. La primera cita será el 28 de julio en Ugasko, ante las oficinas de Acción Social.