La embarcación de pesca de bajura de Bermeo quedará amarrada, al menos de momento, en el puerto. Una mala noticia para el puerto de Bermeo, para la pesca en el País Vasco y especialmente para sus pescadores. Han despedido sin ninguna información previa a los operarios, que les hacían trabajar en condiciones lamentables.
Las y los pescadores recibieron la noticia el 8 de mayo, cuando estaban dispuestos a zarpar en el puerto. El armador les comunicó que no saldría, sin dar ninguna razón ni explicación clara. Las y los pescadores, ante la imposibilidad de entender lo que estaba ocurriendo y la situación en la que iban a quedar, se dirigieron a la cofradía en busca de información, donde les informaron de que la empresa tenía a todos sus trabajadores y trabajadoras dadas de baja en la seguridad social.
Ni un preaviso, ni una carta de fin de contrato o despido, ni un finiquito, ni una indemnización, ni una explicación sobre cómo fueron despedidos.
Por si fuera poco, la situación de los trabajadores hasta ahora no ha sido mejor. Solamente la mitad tenían la suerte de estar en alta en la seguridad social, ya que cuatro de cada ocho se encontraban trabajando sin contrato. Si esto es muy grave en cualquier otra empresa, lo es aún más para los que trabajan en el mar, porque no han recibido los cursos de seguridad, salvamento, primeros auxilios o socorrismo que son imprescindibles.
Estos últimos acontecimientos, desgraciadamente, no son casos aislados. Lo que han hecho los responsables del pesquero Beti Euskal Herria es reflejo de la evolución de la pesca; la dejadez institucional hacia el sector y los intereses privados de los armadores suponen un aumento de la opresión y los problemas de la clase trabajadora:
– El problema de la flota que va disminuyendo poco a poco cada año, y que en muchos casos, junto con los barcos, las cuotas y licencias de pesca se van para siempre de Euskal Herria. Mientras, las instituciones no tienen planes ni toman medidas concretas para garantizar el futuro de la pesca.
– Empresarios sin escrúpulos que creen estar por encima de la ley.
- Quienes se aprovechan de las y los trabajadores que temen perder su trabajo por desarrollar, luchar o defender sus derechos.
- Quienes se aprovechan de personas migrantes sin papeles, sin ningún derecho reconocido y que tienen la necesidad de aceptar cualquier condición laboral para sacar adelante su vida.
Desgraciadamente, todavía hoy vemos estas cosas en Euskal Herria. El sector pesquero se está convirtiendo en el rostro de la explotación del siglo XXI.
Para que se respeten los derechos de las personas trabajadoras, conseguir mejores condiciones laborales y acabar con todas estas injusticias hace falta organizarse y luchar, porque nadie nos va a regalar nada.
El problema del pesquero Beti Euskal Herria responde al racismo patronal e institucional y afecta especialmente al sector pesquero de Euskal Herria, ya que muchas de las personas que trabajan en dicho sector son migradas y racializadas, condicionadas por la ley de extranjería española, lo que les obliga a estar en la economía sumergida y a las que se les niegan derechos fundamentales.
Exigimos que cuando los derechos de estas personas trabajadoras sean vulnerados, las administraciones asuman sus responsabilidades políticas y realicen un seguimiento efectivo de las condiciones de trabajo, garantizando los posibles mecanismos de regularización para que tengan unas condiciones laborales y de vida dignas. Es hora de acabar con el esclavismo del siglo XXI. en la pesca.