Este pasado fin de semana hemos tenido conocimiento de las muertes de dos trabajadores vascos, un transportista en Lleida y un trabajador autónomo, en Gasteiz. Nuestra solidaridad y abrazo más sincero a los allegados.
En 2024 ya han fallecido 20 trabajadores y trabajadoras vascas en accidente laboral. En este recuento es imposible conocer el número de fallecimientos por enfermedades profesionales, ya que las Mutuas, que son asociaciones empresariales, ocultan estos datos.
En Gasteiz falleció el trabajador autónomo A.A.C., de 54 años, tras sufrir el viernes un accidente laboral muy grave. Los autónomos pagan cara la falta de prevención, ya que la propia ley los excluye, es decir, la ley de prevención no les afecta (salvo contadas excepciones). Debemos denunciar que la administración menosprecia a los autónomos, a los que considera trabajadores de segunda. Hay varios factores detrás de esta precarización que sufren los autónomos: muchas veces tienen que actuar como «falsos autónomos», perdiendo muchos derechos como trabajadores; también en ocasiones asumen situaciones de riesgo por no perder el trabajo y los clientes, ejemplo de precariedad extrema.
Llevamos años denunciando que la patronal incumple la normativa para la salud laboral, mientras las instituciones miran para otro lado de los gobernantes. En esta ecuación los autónomos son el último eslabón.
Hoy es la última concentración que dirigimos al lehendakari Urkullu, lehendakari amigo de los empresarios. Es el fin de un ciclo. desde que accedió al cargo en diciembre de 2012 hasta ahora, en el que 444 trabajadores han fallecido en accidente laboral (aparte de los fallecidos por enfermedad profesional). Este es el legado de Urkullu, su lista negra. Hemos visto muchas veces al lehendakari con sus amigos empresarios, ha hablado muchas veces del absentismo, se ha enfrentado a sindicalistas, menosprecia la lucha de los trabajadores y trabajoras,… pero nada sobre accidentes laborales. Durante su mandato 444 trabajadores y trabajadoras no han vuelto a casa con vida y el lehendakari no ha hecho ninguna declaración, no ha tomado ninguna decisión y ha permitido la impunidad de la patronal.
El caso más paradigmatico fue el del vertedero de Zaldibar: 2 trabajadores, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, ya habían fallecido, y Urkullu no quería hacer nada. Al final la presión popular le obligó a desplazarse hasta allí prácticamente a rastras y dedicar unas palabras a las familias. Este episodio reflejó bien la impunidad de la patronal y la dejadez de las instituciones, ante el incumplimiento de las medidas de seguridad, incluso medioambientales que conlleva la muerte de trabajadores.
Y eso es lo que exigimos hoy una vez más: hay que acabar con la impunidad que tiene la patronal para icumplir la normativa de seguridad en los trabajos, hay que tomar decisiones políticas y poner en la agenda política la vida y la salud de los trabajadores y trabajadoras.
Ha llegado la hora de dar la vuelta a todo esto, en las instituciones, en los centros de trabajo, en la calle… y en eso seguiremos trabajando los sindicatos que nos hemos reunido hoy en Gasteiz.