Tras prácticamente 2 años sin renovar el convenio colectivo de Bilbobus, la multinacional ALSA, gestora del servicio, sigue con su argumento de que tiene la caja de caudales vacía, todo ello provocado, según sus propias palabras, por el incremento del IPC de los últimos años, que ha supuesto el colapso del contrato que tienen suscrito con el Ayuntamiento de Bilbo, del que tampoco tenemos noticias, a excepción de las declaraciones realizadas en las últimas semanas por el alcalde, que vienen a compartir la tesis de la empresa cuando habla de ir a una nueva licitación para adaptar el contrato de Bilbobus.
Si hacemos caso al balance económico del año 2022 presentado por la empresa podemos observar que hay datos que ponen en cuestión esa situación crítica que plantean. Para empezar, el EBITDA (indicador de capacidad productiva) sigue siendo positivo, de unos 2 millones de euros, los créditos concedidos por la empresa en 2022 a otras empresas del grupo superan los 13,5 millones de euros, en 2021 fueron 21,9 millones (dinero para pagar no tienen, pero para prestar les sobra) y por último la evolución previsible que hacen es la siguiente: “La Sociedad está plenamente consolidada en el sector, y para el ejercicio 2023 se espera una evolución positiva”.
Al margen de esas cantidades, LAB quiere poner en valor los números que a nosotras y a la plantilla nos interesan y de los que sí podemos hablar con conocimiento de causa.
Empecemos por las miles de horas que cada año la empresa adeuda y no reconoce a la plantilla por el derecho que las y los trabajadores tienen a que se les compense mediante el doble cómputo de horas los días trabajados en festivos no recuperables (FNRS) tal y como reflejan sentencias firmes de primera instancia y del Tribunal Superior de Justicia de la CAV. Miles de horas cuyo disfrute supondría una mejor conciliación laboral-personal de quienes las generan, y también una mayor y mejor contratación del personal eventual.
Podemos continuar con las decenas de miles de euros que la empresa se está ahorrando al dejar de abonar de manera íntegra las pagas extras a las personas en situación de Incapacidad Temporal. O las decenas de puestos de trabajo amortizados por la empresa en colectivos minoritarios pero imprescindibles para el buen funcionamiento de Bilbobus. En este sentido, la empresa, para paliar su supuesta mala situación financiera, puso encima de la mesa un documento en el que le sobraban 30 trabajadoras y trabajadores, 2/3 de los mismos (20) pertenecientes a esos colectivos pequeños que prácticamente están desaparecidos. La empresa no se ha atrevido a llevar a cabo despidos, pero sí planteó la colaboración de la parte social para pactar salidas acordadas que supondrían un fraude de ley y a las que LAB se opuso frontalmente.
No olvidamos a esa veintena de compañeras y compañeros contratados al 62% y a quienes se les niega el acceso a un contrato a tiempo completo. Queremos que, como siempre había sucedido, el personal de estructura esté contratado al 100%.
Todo esto, no lo olvidemos, con los sueldos congelados y cobrando según las bases salariales de 2021.