Frente a la Instrucción 5/2017, puesta en marcha por la dirección General de Osakidetza el pasado 6 de julio sin ningún tipo de negociación ni información a la parte sindical, LAB quiere manifestar lo siguiente:
1. La dirección de Osakidetza se acoge a un decreto promulgado en 1992 en el que se facultaba a Osakidetza para regular un eufemístico “complemento de productividad” que en la práctica no ha sido otra cosa que el pago por horas extras realizadas en la labor asistencial del sistema público de salud. Este complemento se utilizaba hasta ahora para reducir las listas de espera mediante peonadas en el medio hospitalario.
2. El mecanismo de gestión ha sido históricamente muy simple: se generan listas de espera artificiales programando procedimientos asistenciales con cuenta gotas por las mañanas, de manera que haya que programar a las tardes muchos más procedimientos. La diferencia está en que a las mañanas el trabajo se remunera en el sueldo (se trabaje lo que se trabaje) y las tardes se paga por procedimiento… resultando nóminas espectaculares para las y los facultativos (sobre todo, pero también otras categorías) que entran en el juego.
3. Esta gestión asistencial que ha llenado tantos bolsillos en los hospitales, se quiere ahora trasladar a la Asistencia Primaria, la hermana paupérrimo de Osakidetza. Con dos objetivos: uno de ellos explícito, reducir las listas de espera que ya empiezan a crearse también en los centros de salud. Otro objetivo más oculto es contentar a las y los facultativos saturados y desmotivados de la asistencia primaria con dinero contante y sonante.
4. El resultado es que médicos y médicas de atención primaria tras su jornada de 7 horas de asistencia en sus propias consultas (al menos 30 pacientes) podrán continuar en otras consultas, esta vez cobrando por paciente atendido o atendida. No es difícil imaginar cómo se van a engordar las listas de espera también en la primaria.
5. Para LAB, esta gestión asistencial además de moverse en el límite del fraude en el uso del dinero público no garantiza la calidad exigible en la atención sanitaria, ni establece condiciones dignas en el ejercicio de la atención sanitaria a los y las pacientes. Llevamos años exigiendo un plan de empleo en el sistema vasco de salud que contemple las necesidades a corto y medio plazo de trabajadoras y trabajadores sanitarios y no sanitarios, y las respuesta de los gestores es la de medidas coyunturales, que además, condicionan la tan manoseada sostenibilidad del sistema.
6. Creemos que los y las trabajadoras de Osakidetza deben exigir condiciones dignas de trabajo para poder realizar su labor con garantías de calidad y eficacia, y deben negarse a propuestas de este tipo que podrán suponer más dinero para algunos, pero seguro que también menos calidad asistencial para todos y todas.