Las empresas tienen cogido el pulso a este colectivo, saben perfectamente que es un colectivo combativo por sus derechos, que saben luchar en defensa de lo suyo pero también por la calidad del servicio y el bienestar de las niñas y niños. Pues una vez más quieren utilizarnos para su propio interés sin importarles las consecuencias, el deterioro en los comedores y mucho menos si el servicio del comedor se paraliza como pasó en la anterior negociación. Sin ningún pudor volverán a usarnos de rehenes a trabajadoras, niñas, niños, madres y padres para presionar al Gobierno Vasco para que intervenga en la negociación y resuelva económicamente el conflicto. No les importará de dónde salga la solución, si de los presupuestos o del bolsillo de las familias, siempre y cuando no se toque su pronóstico de beneficios de este su negocio.
Una vez más, nos reiteramos en decir que este modelo de gestión de los comedores escolares está agotado. No hace mucho conocimos la noticia de la corruptela que estas empresas ejercieron para el reparto de su negocio. Fueron multadas con 18 millones por parte del Tribunal de la Competencia y ahora pretenden que lo pagemos trabajadoras y familias a escote, ya que todos y todas conocemos y es noticia constante el deterioro del servicio de comedor, tanto en calidad como en cantidad. No es casualidad que este deterioro sea posterior a una multa fantasma (tenemos serias dudas de su ejecución) y a una bajada de precios escandalosa. Las consecuencias están a la vista.
Por otra parte, la sociedad está reclamando y trabajando en otra línea muy diferente. Desde LAB junto a otros organismos y asociaciones de madres y padres, estamos diseñando un modelo nuevo de comedores, un modelo que sea público, saludable, soberano, integral e integrador y que forme parte del Proyecto educativo. Por lo que las intenciones de las empresas de abaratar costes en condiciones laborales, las pretensiones de las familias por ir a otro modelo de gestión en los comedores y la lucha legítima de estas plantillas en mejorar sus precarias condiciones laborales, nos auguran una negociación dura y conflictiva.